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Patricio Martínez: “No estoy en contra de la aparición y el uso de las nuevas tecnologías, pero es preciso mantener la esencia de los valores de la relación médico-paciente”
Patricio Martínez, presidente de honor de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), informa sobre el estado actual de su iniciativa: conseguir que la relación médico-paciente sea considerada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
- ¿Cuál fue el origen de la iniciativa de proponer que la relación médico-paciente sea considerada como parte del Patrimonio de la Humanidad?
Corría el año 2010; yo hablaba mucho con Albert Jovell sobre la pérdida del rol social y profesional del médico, detectando que la relación médico-paciente se iba deteriorando y deshumanizando. Ante el fracaso de la mesa de consenso del Pacto por la Sanidad, era oportuno proponer a la ciudadanía su famoso contrato social, del cual tanto había hablado y escrito.
En este mismo año, alrededor de la mesa de mi despacho en la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), Beatriz Ogando, M. Ángel García y Enrique Gavilán, quien se incorporó posteriormente, comenzaron a estudiar la posibilidad de defender esta relación, presentando la candidatura de la relación médico-paciente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la UNESCO. Y este fue su origen.
- En su opinión, ¿cuál es la viabilidad de este proyecto y cuándo cree que podría materializarse?
La viabilidad del proyecto se consolidó en el año 2016, cuando el Foro de la Profesión Médica, en su asamblea general y habiendo estudiado el proyecto presentado, hizo suya la idea y aprobó por unanimidad la propuesta de la necesidad de promover la relación médico-paciente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad ante la UNESCO.
Es muy difícil hacer predicciones cuando hablamos de la aprobación del proyecto por la UNESCO. ¿Cómo es el camino para llegar a la UNESCO? Primero, la petición al Gobierno de España por una o varias CCAA que trasladen el proyecto a la UNESCO para su aprobación. La lista de espera de los proyectos españoles en estos momentos es de unos 14 años, razón por la cual en estos momentos la candidatura busca la internacionalización para conseguir un camino más corto, y esta internacionalización ha iniciado su camino. Por estas razones, es muy difícil hacer predicciones.
- ¿Podría compartir con nosotros algunos de los esfuerzos y acciones que se han emprendido para avanzar hacia este objetivo?
Los esfuerzos que podemos compartir son numerosas iniciativas a lo largo de estos años, pero podemos reseñar algunas: Año 2016: el Foro de la Profesión Médica hace suyo el proyecto; Año 2017: se presenta el Opúsculo, primer documento elaborado por la Comisión de Expertos, como documento inicial de la candidatura; Año 2017: Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales del Senado aprueba por unanimidad una Moción instando al Gobierno Español a promover ante la UNESCO que la relación médico-paciente sea considerada como Patrimonio Cultural de la Humanidad; Año 2019: presentación en distintas facultades de Medicina del Manual de la Relación Médico Paciente. Elaborado por la Comisión de Expertos con un total de 26 autores y el mecenazgo de la Fundación ASISA.
Durante estos años, comenzaron a recibir adhesiones de organizaciones representativas de médicos y pacientes, y también se adhirieron organizaciones internacionales, como el Consejo Europeo de Órdenes Médicas (CCEOM), la Conferencia Médica Latino-Iberoamericana (COMFEMEL), y de forma decisiva la Asociación Médica Mundial (AMM), que en su 71ª Asamblea General aprobó la Declaración de Córdoba. Se podría hacer una interminable lista de asociaciones de pacientes adheridos.
En el año 2018, comienza el proceso en algunas de las CCAA para que ellas le pidan al Gobierno Español que inicie la petición a la UNESCO. Las CCAA que iniciaron el proceso fueron: Extremadura, Castilla y León, Murcia, Cantabria, Castilla-La Mancha y Andalucía, camino necesario de inicio de la candidatura, al estar transferidas las competencias de cultura y patrimonio a las CCAA. El 14 de marzo de 2020 se declara el Estado de Alarma debido a la pandemia COVID-19, paralizando todo nuestro proceso de la candidatura.
- ¿Cuáles son los criterios y requisitos que la UNESCO establece para considerar algo como parte del Patrimonio de la Humanidad en el contexto de la Medicina?
Los criterios de la UNESCO vienen determinados por la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio (París, 17 de octubre de 2003), la Carta Cultural Iberoamericana (Montevideo, 2006) y la Constitución Española de 1978. Dichos criterios son: obra maestra de grado creativo humano, importante intercambio de valores humanos, testimonio único o excepcional de una tradición cultural, ejemplo de tradición representativa de interacción humana, estar directa o tangencialmente asociados con eventos o tradiciones vivas o creencias de significado universal.
- Desde la perspectiva del profesional de la salud, ¿cómo debería definirse la relación entre el médico y el paciente?
Desde el principio de los tiempos, la relación médico paciente se considera como el encuentro entre dos personas, el médico y el paciente, que se comunican entre sí. Uno como la persona que puede prestar las ayudas necesarias desde sus conocimientos y habilidades profesionales.
- Y desde el punto de vista de los pacientes, ¿qué características considera esenciales en esta relación?
Los beneficios de la relación médico-paciente no son solo para los pacientes; esta relación no es solo un bien cultural e inmaterial, sino que es también un bien social desde el principio de los tiempos y se practica de forma universal en beneficio de toda la humanidad. La recuperación de la salud, la mejora del bienestar, la evitación del sufrimiento y el acompañamiento en los momentos difíciles para el paciente son beneficios innegables y valores culturales e inmateriales. Facilita el diagnóstico, reduce las pruebas complementarias, aumenta la adherencia al tratamiento, frena la Medicina defensiva y las denuncias por mala práctica.
- ¿Cree que existen desafíos o amenazas que puedan poner en peligro esta conexión especial? ¿Qué factores podrían representar un riesgo?
Son numerosas las amenazas a las que se enfrenta en la actualidad esta relación, corriéndose el riesgo de la desnaturalización de esta, tal como ha venido practicándose desde los orígenes de la humanidad, por las influencias de todo tipo. La relación médico-paciente se vio impactada fuertemente, siendo sus consecuencias la irrupción y no bien controlada por las técnicas de la información y la comunicación, la telemedicina, las consultas no presenciales y, sobre todo, las incertidumbres en la aplicación y el uso creciente de la inteligencia artificial (IA). No estoy en contra de la aparición y el uso de las nuevas tecnologías, pues durante la pandemia fueron de gran ayuda.
Pero es preciso mantener la esencia de los valores de la relación médico-paciente, que proporcione al enfermo sus necesidades asistenciales, afrontando los valores de esta relación: comunicación, compañía, los cuidados, el consuelo, la compasión y el compromiso de no abandonarlo en su sufrimiento.
La IA es hoy una incertidumbre hasta donde llegará y cómo afectará a la sociedad y a la asistencia sanitaria. Todo es incertidumbre para los gobiernos y las organizaciones internacionales, y se preguntan cómo reglamentar su uso para garantizar la intimidad de las personas, los problemas legales, éticos y deontológicos, y que respete los valores de la relación médico-paciente, poniendo al enfermo en el centro asistencial y devolviendo al médico el placer de ser y hacer de médico.