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Médicos del Mundo y Medicus Mundi solicitan aumentar los fondos en cooperación y ayuda humanitaria
Las organizaciones denuncian el estancamiento de los fondos de cooperación y emergencias. Se estima que 5.000 millones de personas no tendrán acceso a atención sanitaria en 2030. La atención a enfermedades no transmisibles se ha interrumpido en no menos de 60 países y en los países de ingresos bajos y medios la mortalidad infantil y materna podría aumentar un 40%. Cantabria, a través de la Dirección de Cooperación al Desarrollo dependiente de la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte disminuyó un 56,6% respecto a 2018 los fondos de desarrollo otorgados a proyectos sanitarios e institucionalmente cada cántabro destinó 3,54€ a Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), pero esta cifra todavía queda lejos de los 22,05€ del País Vasco o de los 14,37€ de Navarra y de la media del conjunto de las CC.AA. que es de 4,62 euros por habitante
La COVID-19 se ha expandido por todo el planeta y ha colapsado el funcionamiento de los sistemas de salud sin distinciones entre países de renta alta o baja. Además, ha afectado al resto de problemas sanitarios, interrumpiendo los programas de lucha contra enfermedades como la malaria, VIH/sida y tuberculosis en más de 70 países, lo que supondrá un incremento de la mortalidad por estas causas en los próximos años. Y ahí no queda todo: debido al colapso sanitario causado por el nuevo virus, se estima que en los países de ingresos bajos y medios la mortalidad infantil y materna pueden aumentar en torno a un 40%.
Los efectos de esta pandemia vuelven a mostrar la desigualdad en salud: se estima que la quinta parte más pobre de la población tiene un 32% más de posibilidades de morir por esta pandemia que la más rica. Estas son algunas de las principales conclusiones del informe “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2020”, que hoy se ha presentado en Cantabria/Santander por la ONG Medicus Mundi
#laotravacuna
Cuando la carrera por la vacuna para prevenir este coronavirus se ha desbocado, las organizaciones plantean #laotravacuna contra la injusticia sanitaria: el aumento de fondos para la cooperación internacional en salud y en emergencias sanitarias. La COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la cooperación sanitaria internacional y la necesidad de conseguir el 0,7% e incrementar la ayuda al desarrollo destinada a salud.
Sin embargo, en 2019, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) dedicada al sector salud por parte del conjunto de países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) fue de 22.518 millones de dólares, disminuyendo un 6,5% respecto al año anterior.
Los datos de España son todavía peores: la Cooperación Española ha destinado a salud poco más de 63 millones de euros, un exiguo 2,39% del total de la ayuda al desarrollo frente al 12,91% de la media de los países donantes del CAD. En cifras globales, aunque la ayuda al desarrollo en nuestro país aumentó en 177 millones de euros en 2019, alcanzando el 0,21% de la renta nacional bruta, ese porcentaje está aún muy alejado del 0,30% de la media del conjunto del CAD, del 0,47% de la media de los países de la Unión Europea y del compromiso del 0,7% adquirido hace 50 años en el seno de las Naciones Unidas.
En Cantabria
En 2019, las instituciones públicas de Cantabria en su conjunto han desembolsado en Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) 2.251.685 euros. El Gobierno de Cantabria pasa de desembolsar 1,9 millones de euros en 2018 a 2,06 millones en 2019, un aumento del 28,5%. Las EELL cántabras, destinaron a AOD en ese año 191.218 euros.
En cuanto a las cantidades destinadas a cooperación en salud, el descenso de la cooperación del Gobierno de Cantabria cántabra es notable en 2019, pasando de 320.639 euros en 2018 a 139.379 en 2019, un descenso del 56’6%. No es de extrañar que el peso que la salud tiene en la cooperación que realiza el Gobierno de Cantabria sea solamente del 6,76%, muy lejos del 11,4% de porcentaje medio de la cooperación descentralizada autonómica y del 12,9% que de media destina el conjunto de los países del CAD. Las EE. LL. cántabras por su parte, también destinaron escasos fondos a salud, 14.417 euros, lo que supone un peso del 7,54 , porcentaje inferior también a las medias previamente mencionadas.
En cuanto al número de acciones realizadas, El Gobierno de Cantabria ha financiado 32 acciones en cooperación, de las que 3 son de salud. Por su parte, las EELL han financiado 14 acciones de las que solo una ha sido consignada al sector salud.
En el análisis de la AOD general y la destinada a salud que se realiza con una perspectiva temporal, se observa la magnitud de los recortes aplicados a partir de 2010 y que en 2012 hizo que la AOD prácticamente desapareciera. También observamos cómo entre los años 2006 y 2009 la AOD del Gobierno de Cantabria superaba con creces los 5 millones de euros, pero en 2012 se quedó en 248.130 euros. A partir de ese momento, analizando los fondos desembolsados vemos que la cooperación autonómica cántabra se mantiene en un perfil muy bajo hasta 2016, donde sube significativamente su desembolso. 2018 es otro momento de crecimiento significativo, pasando de 857.104 euros a 2,3 millones, cifra que desciende en 2019 y la previsión de 2020, pero que si se cumplen los presupuestos de 2021 la AOD se acercará a los 3 millones de euros.
Combatir la COVID, pero no solo
La salud global no puede centrarse exclusivamente en la seguridad sanitaria para evitar otra pandemia, sino que dándole la importancia que merece este asunto, tiene que tener un marco más amplio de trabajo, pues hay más problemas globales: cambio climático, inequidad en acceso a salud,… Es fundamental que la comunidad internacional asigne fondos adicionales para cubrir el Plan Global de Respuesta Humanitaria COVID-19 lanzado por Naciones Unidas pero su financiación no puede hacerse a expensas de los fondos ya previstos para otras crisis humanitarias. El apoyo y la respuesta a la pandemia de la COVID-19 por parte de la cooperación andaluza no debe hacerse a expensas de los fondos ya previstos para otras crisis humanitarias, sino mediante fondos adicionales, por lo que la cooperación andaluza debe continuar manteniendo el compromiso de asignar al menos el 10% del total de su AOD a la AH.
Vacunas para detener el coronavirus
Es imprescindible que los procesos de investigación, elaboración y distribución de las vacunas sean transparentes y que el precio de la vacuna sea accesible para todas aquellas personas que los necesiten. En un mundo interconectado, si las personas de países con ingresos bajos o medios se ven excluidas de la vacunación, el virus continuará matando y la recuperación a nivel global se retrasará. Ahora que ya han comenzado las compras masivas de dosis preventivas -con los países con economías potentes comprando varias dosis por habitante y los empobrecidos sin apenas capacidad de dar cobertura a la mayoría de su población-, este riesgo se hace más evidente
¿Salud solo para unos pocos? El lejano objetivo de la cobertura sanitaria universal
Sólo entre un tercio y la mitad de la población mundial ha tenido cubiertos los servicios esenciales de salud, y el gasto directo en atención médica ha aumentado en el mundo. De continuar la situación como hasta ahora, la OMS estima que 5.000 millones de personas no tendrán acceso a atención sanitaria en 2030, lo que convierte a la cobertura sanitaria universal en el mayor desafío sanitario. Más allá de la presente pandemia de la COVID 19 existen otros problemas de salud que es necesario afrontar con visión de futuro y Andalucía deberá apostar por aumentar la Cobertura Sanitaria Universal, tanto en la propia Comunidad Autónoma, como en los proyectos de cooperación en salud que financia, apostando por aumentar el número de personas que accedan al sistema, dotar de los servicios suficientes que cubran las necesidades de la población y disminuir los gastos individuales en salud, que en España alcanzan el 23%.
Medicus Mundi y Médicos del Mundo están convencidas de que para mejorar la vida de las personas hay que apostar por los Sistemas Públicos de Salud y dotar a la atención primaria de una inversión adicional de 200.000 millones de dólares en los países de ingresos bajos y medianos si queremos salvar 60 millones de vidas de aquí al 2030.