Medico Joven - MIR
Los médicos solo aceptarán un MIR estatutario que incluya sueldos europeos
Los facultativos apuntan a atajar «la raíz del problema» para que «de verdad» se paralice la fuga de talentos actual
Evitar la fuga de talento de los médicos especialistas tras finalizar su periodo de formación y garantizar que se cubran las plazas en las zonas rurales más despobladas son los dos principales quebraderos de cabeza a los que la sanidad española aún no ha logrado dar respuesta. Para revertir esta situación se ha abierto un debate entre las diferentes autoridades sanitarias para que el MIR sea la única oposición a la que se enfrente el facultativo. La fórmula pasaría por realizarles un contrato estatuario en prácticas durante el MIR y que al terminar la formación, el especialista pasara directamente a formar parte del Sistema Nacional de Salud (SNS). Una propuesta a la que se abren los médicos, pero que consideran insuficiente al no abordar el origen de la fuga de talentos: las malas condiciones laborales y la diferencia salarial con Europa.
Según ha podido saber Redacción Médica tras consultar a las sociedades científicas, los profesionales sanitarios ven en el contrato estatuario una simple denominación nueva que puede funcionar, pero que no aborda “la raíz del problema”. Además, consideran que la nueva fórmula defendida por el consejero de Sanidad de Extremadura, José María Vergeles, genera dudas y muchas preguntas sin respuesta, aunque ven con buenos ojos abrir un debate necesario y escuchar posibles soluciones sobre una preocupación general que debe ser abordada cuanto antes.
Mejora de las condiciones para un SNS atractivo
“Hay que hacer propuestas que realmente cambien la situación en la que estamos, no se trata de cambiar el nombre a las cosas sino la situación. Parece que así, cuando el residente termine, se debe quedar obligatoriamente y vinculado a una situación determinada, cuando lo que tenemos que hacer es ofrecer unas condiciones satisfactorias para que quiera quedarse”, reivindica Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), quien, además, tiene claro que si no se cambian las “situaciones de base” que provocan el problema todo suena “confuso y genera desconfianza”.
En ese sentido, Ledo se pregunta: “¿Por qué hay que darle vueltas a los nombres cuando sabemos que no se hacen buenas ofertas laborales en un momento donde hay necesidad de profesionales?”. Una cuestión que cuesta entender desde la SEMG: “Estamos en un mercado de oferta y demanda y es increíble que en este contexto no se mejoren las condiciones laborales. Al final nos quedamos con los profesionales que se sienten cautivos por razones personales, pero no fomentamos el desarrollo de las especialidades con profesionales que estén contentos y quieran avanzar”.
Un sentir que comparte la presidenta de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), Asunción Torregrosa, quien acepta el contrato estuario con la condición de que se logre “una equiparación salarial y de condiciones laborales con respecto a Europa. Además de potenciar el posgrado, la investigación… Esto haría que la gente no se fuera y se quedase”.
Además, la presidenta de SERAM recuerda que las circunstancias actuales son las que obligan a que se contraten los MIR nada más acabar. «Hoy en día el paro en Radiología es cero, y los residentes se les contrata nada más acabar porque no hay suficientes radiólogos. Más que una estrategia, es una necesidad. Yo partiría de que el español en general primero quiere quedarse en su zona de confort, pero, por otro lado, veo que la gente joven que termina formaciones no ha tenido ningún problema en irse fuera si aquí no han encontrado trabajo estable y bien dotado económicamente que les permita formar una familia”.
Dudas sobre la eficacia del nuevo tipo de contrato
Desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), ven con buenos ojos abrir el debate, pero cuestionan que su implantación en el SNS logre el objetivo deseado. «Aportar ideas es bueno, así se debate sobre ello, pero arroja muchas dudas a la hora de cómo se llevará a cabo. No sabemos si con este tipo de contratos se soluciona el problema y es complicado que así sea», resalta Jose Polo García, presidente de Semergen.
En caso de implantarse, para García significaría una americanización del SNS. «Sería importar un modelo parecido al americano, donde se beca al MIR y después se les obliga por contrato a prestar servicio en el SNS. ¿Que tenga éxito aquí? Por probarlo no pasaría nada. Todo lo que suponga aportar ideas y pueda suponer una mejora para fidelizar al residente donde se haya formado debe estudiarse. En principio esta idea es buena, pero después hay que llevarla a la práctica y ver si hay resultado».
Esta incertidumbre también es compartida por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). «No podemos posicionarnos ante una iniciativa que desconocemos. ¿El contrato de estatutarios de prácticas conlleva menor salario? ¿Realmente se transforma en contrato indefinido al pasar cierto tiempo? ¿Qué tiene de malo convocar oposiciones anuales?», se pregunta Ramón García Sanz.
Pese al mar de dudas que presenta la propuesta de Vergeles, García afirma que están «abiertos a valorar cualquier propuesta» que pretenda solucionar la falta de médicos en aquellos lugares donde se necesitan. «Tendrá que ser una propuesta completa, bien estudiada y evaluada. La generación de una nueva categoría profesional como puede ser el estatutario en prácticas así lo requiere», defiende el presidente de la SEHH.
Un contrato que no soluciona el problema
Otras especialidades médicas se han mostrado claramente en contra, ya que consideran que este tipo de contrato hace menos atractivo el MIR. «Ya hay bastantes problemas para que se cubran determinadas plazas MIR como para encima incorporar más medidas que hagan que la las personas no quieran hacer ni el MIR», asegura Guillermo Martín, vicepresidente segundo de la Asociación Española de Pediatría (AEP), quien, además, augura un mal futuro al SNS si se implanta la medida: «Si tras los cuatro años de residencia exigen que ese facultativo se quede ahí por este contrato, muchos de ellos, directamente, no querrán hacer el MIR».
Un acontecimiento que, según Martín, se puede dar porque «el facultativo no esté a gusto donde ha hecho el MIR o, simplemente, prefiera otro lugar». Por lo tanto, el vicepresidente segundo de la AEP, coincide con sus compañeros al asegurar que el problema se ha de abordar con «la mejora de las condiciones laborales y salariales».
Desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) tampoco ven en este modelo de contrato una solución a la fuga de talentos actual. “Todas las medidas que fomenten a que nuestros residentes se queden son fundamentales, pero en muchas ocasiones no se trata de que se vayan sino de que no hay nuevos médicos», resalta Montserrat Chimeno Viñas, gerente de Atención Sanitaria de Zamora y vicepresidenta segunda de la SEMI.
En ese sentido, Viñas recuerda que ahora mismo los residentes pueden elegir donde trabajar porque «trabajo no falta». «La verdad es que no hay fórmulas mágicas y estamos en una etapa donde tenemos que tirar de mucha imaginación para solventar el relevo que viene. España podrá hacer este contrato, pero debe tener residentes donde elegir. Lo veo complicado que con esto se solucione”, concluye la internista.