Noticias
La Fundación Colegio de Médicos de Cantabria Dr. Marino Marina organiza un viaje cultural a Bermeo y Bilbao, y visita de la exposición de Goya
El viaje está previsto para el sábado día 14 de abril a partir de las 08,30 horas y el autobús sale del Palacio de Festivales por la Avenida de Reina Victoria.
La Fundación Colegio de Médicos de Cantabria Dr. Marino Marina organiza un viaje cultural a Bermeo y Bilbao, y una visita de la exposición de Goya en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, en donde se muestran 96 obras del pintor. El viaje está previsto para el sábado día 14 de abril a partir de las 08,30 horas y el autobús sale del Palacio de Festivales por la Avenida de Reina Victoria.
La visita guiada de Guernica, Gastelugatxe, y Villa de Bermeo, con su Torre Ercilla (Museo del Pescador), y numerosas estancias, y a las 14 horas comida en su bello Casino. Salida en bus a las 16,00 horas para estar a las 17 h. en el Bellas Artes de Bilbao, y visita guiada de la exposición de Goya.
Libertad de 19 h. a 20,15 h. en que cogemos bus, para a las 21,30 horas estar en Santander.
La villa de Bermeo de la comunidad del País Vasco, reúne cerca de 37.000 habitantes. Fundada en el X, durante siglos se tituló Cabeza de Vizcaya y fue la principal población del Señorío de Vizcaya, ligada al linaje de los Haro del X al XV y gozando de privilegios, y en su iglesia de Santa Eufemia, juraban los reyes cuando visitaban esta provincia.
Sigue manteniendo su tradición marinera, ya que su economía se asienta en gran parte en la pesca, y las industrias que la desarrollan. Posee además diversos atractivos turísticos, de los que gozan los bermeanos, como la ermita de San Juan en Gastelugatxe, la Torre Ercilla (Museo del Pescado), la Puerta de San Juan, la Atalaya, la riqueza de su casco antiguo, el Casino, sus magníficos puertos, nacidos del entrante del mar por la costa etc. Su plato típico es el marmitaco, y sus fiestas San Juan, La Magdalena, y del 7 al 16 de septiembre.
Aquí están algunos de los accidentes geográficos más conocidos de la costa vizcaína, pues ocupa un terreno muy duro y accidentado, y crea una costa con tramos de hasta 100 metros de acantilados, masas de roca en el mar, como el cabo Machichaco, las islas de Izaro, Aqueche, y Gaztelugatxe, y goza de dos playas, una pequeña y otra kilométrica. Su paisaje interior es desigual, con pendientes, y cumbres de hasta 696 m. (Sollube), y por la cercanía de la costa, sus arroyos tienen un curso torrencial, pero la villa está a solo 25 m. de altura.
Su escudo heráldico en campo de oro, muestra dos lobos de cabeza barbada, una ballena y una barca ballenera con remeros, un arponero en la proa para matar la ballena (a cuya pesca se dedicaron hasta el XIV), y la cabeza barbuda de un anciano arriba, la primacía de Bermeo sobre Vizcaya. escudo que tuvo una corona arriba, En la bordura de gules rodeando el escudo, la leyenda en latín antiguo dice “el primero en el escudo de Bermeo”.
El primer documento que habla de Bermeo (a 131 Kms. de Santander), es la donación de D. Iñigo López y esposa, de las heredades en San Juan de Gastelugatxe al monasterio de San Juan de la Peña en 1051, pero hay leyendas que hablan de la fundación de un puerto por descendientes de Noé, 150 años tras El Diluvio. Pero su actividad pesquera se reafirma muchas veces como, 5 cabañas muy próximas al mar y dos puertos, posteriormente que hay otros dos fondeaderos, y villas marineras, y su transformación en importantes centros pesqueros y comerciales, hasta que llegó el desastre de la peste negra en el verano y otoño de 1348.
Los señores de Vizcaya y los Reyes Castellanos (como hicieron los Reyes Católicos), siguieron jurando y conservando sus fueros como cabeza de Vizcaya, en la iglesia de Santa Eufemia, hasta que en 1602 los señores que gobiernan Bilbao se lo arrebatan, si bien en las Juntas Generales de Vizcaya, su voto seguirá siendo el primero, y conserva sus privilegios. Pero la fundación de la Villa de Bilbao, irá mermando paulatinamente su crecimiento y disminuyendo su población, y a ello se sumarán las luchas de banderías y 6 importantes incendios de 1297 a 1504, que llegan a comprometer su supervivencia. Pero gracias a sus Cofradías de Pescadores, la ayuda de Carlos I y del Papa Pablo IV, resiste y sigue funcionando su flota pesquera (en parte dedicada a la ballena) así como el comercio, y sus buques mercantes siguen enfrentados con los de Bilbao.
El siglo XVIII, marca de nuevo el florecimiento para Bermeo en pesca y comercio, mayor desarrollo urbano y reconstrucción de calles, y muelles, acompañado de aumento de su población, de industrias de salazón y construcción naval, con carpinteros de ribera, calafate, etc. Vendrán nuevas convulsiones por la Guerra de la Independencia, las Guerras Carlistas, etc. y en 1872 hay un nuevo resurgir pesquero e industrial, aumentan las obras de infraestructura, construcción, aumenta su población y nivel económico, y es la villa más importante tras Bilbao, y seguirá en el siglo XX incorporando todos los avances tecnológicos. A partir de 1960, hay mayor aumento de población y construcción, desde su casco viejo hacia las alturas, y volverá a decaer un poco hacia el año 2000, pero se mantiene últimamente su población, con un 9% de desempleo, tiene 8 zonas urbanas, existen diez barrios rurales, y es el primer puerto pesquero de Vizcaya en cuanto a bajura, importancia de armadores y pescadores, fábrica de motores, almacenes, etc. La agricultura tiene poca relevancia, pero sí la ganadería, la superficie forestal y la industria maderera, y Repsol tiene aquí un gran depósito de gas subterráneo, seguro, con cabida de varios millones de metros cúbicos. El 60% de los bermeotarras mayores, hablan euskera, pero entre los adultos jóvenes es menos frecuente.
Bermeo, a 33 Kms. de Bilbao y unidas por la BI-631, muestra en sus alrededores por la costa, el Cabo Machichaco, con hermosas vistas del litoral y se avistan cetáceos, después la isla de Akutz, peñón de escasa vegetación y gran población de aves, y llegamos al islote de Gastelugatxe, a 11 Kilómetros de Bermeo, enorme peñón de 79 m. de altura unido a tierra por un puente (acuden miles de turistas todo el año), y aquí en el XIV hubo un castillo, donde se sitúa ahora la ermita de San Juan, reinaugurada en 1980 y se accede por escalera de 231 peldaños, lugar de atracción durante siglos, y a donde desde Bermeo se acude el 24 de junio, el 29 de agosto y el 31 de diciembre. También la isla de Izaro tuvo un convento de franciscanos, al que en 1719, por ataques de corsarios abandonaron los monjes, y se construyó una ermita, construcciones ya desaparecidas.
Bermeo muestra un casco antiguo con casas multicolores de los pescadores, rodeando sus encantadoras calles y Plazas, el puerto viejo, con muchas embarcaciones, de gran belleza, abundantes bares para pintxos, y aquí se junta y convive la gente: En el puerto está su fuente de agua dulce, que se construyó para el servicio del pueblo y de barcos, y junto a ella están los escudos de Bermeo y el Señorío de Vizcaya, y varias esculturas relacionadas con el mar. Junto al agua está el Paseo del Puerto, y el Parque Lamera, hermosa zona verde con esculturas, y con el Casino al final, y sus playas. En el esplendor del XIV, se amuralló y contaba con 7 puertas, de las que solo se conserva la Puerta de San Juan. La Torre Ercilla visitable en el muelle Artza, es la única que queda de las 30 defensivas del XV, y fue casa-torre militar de la familia Ercilla, a la que pertenecía el autor de la Araucana. Reformada en 1948, tiene 5 pisos, arcos, saeteras, y se denomina Museo del pescador, y Centro de Interpretación de la pesca de ballena.
El Casino, obra en 1894 del arquitecto Severino de Achúcarro, es un gran edificio en el Parque de Lamera, se asemeja a un palacio francés, y conserva 3 murales de Ignacio Zuloaga. La Casa Consistorial de estilo neoclásico, fue erigida en la Plaza de Sabino Arana en 1732, tiene reloj solar en su esquina, y es Monumento Histórico como la Casa Kilumbera, cuya estructura recuerda la de un barco.
La importante iglesia de Santa Eufemia del XIII, pues era lugar de jura de los reyes, está en la Atalaya, y el Puerto Viejo y el Parque Lamera, están separados por ella. Tras incendios, reconstruida en el XV, es gótica con torre barroca del XVIII, y aquí reposa el sepulcro de los Mendoza. Santa María de la Asunción, iglesia de la plaza del Ayuntamiento, se eleva a mitad del XIX (tras destruir la de Sª María de la Tala del 1310. Su torre con campanario se terminó en 1.899, y tiene otra torre que no se terminó, estando ambas unidas por el pórtico, con acceso por una fila de columnas, que es la base del frontón triangular superior, recuerda un templo griego, y es el mejor ejemplo de arquitectura neoclásica del País Vasco. El convento e iglesia de San Francisco, extramuros desde el XIV, tiene iglesia gótica del XVI, fue quemada por los ingleses en el XIX y reconstruida. Es rectangular, con una sola nave dividida en 7 tramos con capillas laterales. Su claustro de 14 x 14 metros es lo más antiguo y bello, y el jardín está cercado por una fila de arcos ojivales, que soportan el peso de los pisos superiores con solamente unas vigas de madera. A lo largo de siglos, la residencia ha servido para todo.
LA EXPOSICION GOYA Y LA CORTE ILUSTRADA
En el Museo de Bellas Artes de Bilbao, se muestran 96 obras de Goya, de las que 71 proceden del Museo del Prado (siendo 52 óleos), a las que se suman 9 pinturas del Museo de Bilbao, y otras aragonesas, navarras y privadas, así como pinturas de grandes maestros del XVIII.
Nacido Goya en 1746 en Fuendetodos (Zaragoza), fallecerá en 1828 en Burdeos, donde pasa sus últimos años. Formado en Zaragoza e Italia en 1769, se instala en 1775 en Madrid y llega a la Corte de Carlos III, tras llevar dos años casado con una hermana de Francisco Bayeu (y de otros dos pintores), que le invita, y que era pintor de Cámara de Carlos III, aunque acabará siendo más enemigo que amigo, e impide en dos ocasiones que obtenga becas para ir a formarse a Italia. De regreso ya el año 1771, obtiene varios encargos (de artistas y mecenas) de importancia, retratos, etc. y mucha pintura religiosa, incluso para la Basílica del Pilar.
Comienza su trabajo, colaborando en producir cartones de caza para los tapices de El Escorial, y realizando algunos retratos oficiales de la época, ya que Carlos III seguía la modernización de la ciudad y del Reino (modernización comenzada en 1700, tras la llegada al trono de España de la dinastía Borbón, procedente de Francia), y se rodea de ministros emprendedores e innovadores, con ideas avanzadas, desarrolla la industria y el comercio, ordena las clases sociales, y va brotando la burguesía. Se crea la Academia de Bellas Artes, que impulsa la Corona, y se invita a exponer ideas a artistas y arquitectos extranjeros.
En 1780, será elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en 1786 es nombrado pintor del Rey, y en 1789 pintor de Cámara, y a ello seguirá la década prodigiosa del artista, coincidiendo con que la mujer irá alcanzando un papel social de más altura, la vestimenta de toda la sociedad es de más calidad, y se van ocupando los espacios públicos por la población más avanzada. Goya lo pinta, así como también a personajes vascos, navarros, y amigos y familiares aragoneses que no olvidará nunca, algunos de cuyos retratos aparecen aquí: Martín Zapater, Ramón Pigmateli, el Conde Sousa, el Conde Francisco Cabarrús, Miguel Martín de Goicoechea y su esposa Juana Galarza, Miguel de Márquez Marqués de Villar, General José de Urrutia y el retrato de Joaquín María Ferrer y Cafranga (uno de sus últimos cuadros, 1824).
Sigue siendo pintor de Carlos III, y en 1799 es primer pintor de la Cámara Real con Carlos IV, y van desapareciendo las pinturas y retratos de personajes cambiados, en que se busca la belleza del pintado con falso maquillaje, y su pintura tiene la perfección de una fotografía, pues los miembros, caras, estilo y expresiones, del personaje, retratan la edad, los sentimientos, las arrugas, manchas, etc. etc. tal como lo siente y ve Goya. Aquí tenemos obras tan conocidas como, Carlos III cazador, La gallina ciega, El pelele, La vendimia, El otoño, La Reina María Luisa (1789) y su esposo Carlos IV, D. Pantaleón Pérez de Nerín (1808), etc.
Permanecerá muchos años en Madrid, y raramente regresará a Zaragoza (excepcionalmente en 1790 por su amigo Zapater) tras ocurrir que, elegido en 1781 para pintar los frescos de la cúpula del Pilar, estos frescos no gustan, y se elige a su cuñado Francisco Bayeu para corregirlos y retocarlos. Su final transcurre en Burdeos.
Interesados: Apuntarse en Colegio (familiares, etc…) abonando 30,00 € por persona. Limitado a 40 plazas por el autobús.