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Entrevistas Post Covid


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Dr. Adrián Hugo Aguinagalde. Director del Observatorio de la Salud Pública de Cantabria.

ACTUALIDAD POST COVID

El Colegio de Médicos de Cantabria está muy concienciado con la importancia de la época Post Covid en la que nos encontramos  porque,  después  de la  Alerta Sanitaria,  el virus continúa entre nosotros, como demuestran los rebrotes detectados, y los médicos seguimos expuestos a muchos  riesgos. Esta es la razón por la que queremos analizar la  actualidad de la pandemia a través de compañeros que   están al frente de la  lucha contra la epidemia y de una nueva normalidad que aún no ha conseguido acabar con el Covid-19.  A lo largo del verano, la web del COM Cantabria publicará una entrevista semanal con algunos de los médicos protagonistas  de esta actualidad Post Covid 

 

Dr.  Adrián Hugo Aguinagalde

Director del Observatorio de la Salud Pública de Cantabria.

  1. Desde el Observatorio de Salud Pública de Cantabria que diriges desde hace unas semanas ¿cómo ves la realidad de la pandemia en la región?

Estamos observando una aceleración en el crecimiento del número de casos, no así en los de impacto asistencial, positividad de las PCRs y porcentaje de casos sin contacto conocido. Es decir, uno de la docena de indicadores está creciendo a una velocidad mayor, pero en el resto el crecimiento parece situarse en rangos esperables por el incremento de la movilidad y contactos sociales de estos meses. Pero a pesar de esto, hay que decir que en la primera ola epidémica el impacto asistencial, epidemiológico y demográfico de la crisis parece haber sido menor a otras Comunidades Autónomas.

  1. Hay muchas especulaciones sobre posibles confinamientos futuros o cierre de fronteras entre CCAA ¿crees que va a ser necesario tras  rebrotes como los registrados en Barcelona o Aragón?  

Ni las limitaciones a la movilidad fuera de un territorio ni los confinamientos domiciliarios pueden descartarse. Las herramientas de las que disponemos en Medicina Preventiva y Salud Pública son bastantes reducidas y ante una enfermedad nueva cuya evolución no sabemos cuál va a ser no podemos descartar ninguna. Ahora bien, en la gestión de los brotes (no rebrotes) ese tipo de medidas se contemplan cuando la transmisión comunitaria no está controlada y su impacto empieza a reflejarse a través de unos indicadores de alerta; no ante cualquier brote sea aislado, mixto o incluso que haya causado brotes secundarios. En relación a los cordones sanitarios, como dice Rodríguez Artalejo, «el confinamiento es muy eficaz, las medidas intermedias no sabemos” y es que iniciándose la transmisibilidad antes del inicio de síntomas, siendo el periodo de incubación de hasta 14 días y existiendo una bolsa de asintomáticos o paucisintomáticos, la contención geográfica de una infección respiratoria aguda no es nada fácil.

  1. Eres experto en Salud Pública e investigador  y has estado en primera línea de fuego en la lucha contra el Covid-19 ¿sigue siendo el virus un desconocido o se ha avanzado en estos meses lo suficiente para luchar con más conocimiento contra él?

Conocemos algo mejor los aspectos fisiopatológicos e inmunológicos; pero estos no parecen que vayan a modificar el curso de este nuevo ciclo pandémico aunque si su impacto, es decir, la morbi-mortalidad asociada. A nivel epidemiológico creo que se ha reducido la incertidumbre en algunos aspectos, pero no precisamente de forma favorable. Por ejemplo, la confirmación de la transmisión en el periodo presintomático y por parte de los asintomáticos dificulta de forma importante la vigilancia y control de la enfermedad. Además, en Salud Pública a nivel de medidas de prevención aun seguimos más o menos como al inicio de la pandemia. Lo que sí es verdad es que se ha podido comprobar al menos la efectividad de ese reducido arsenal de medidas no farmacológicas (distanciamiento social, higiene de manos y etiqueta respiratoria) contra las infecciones respiratorias agudas que en su mayoría no se habían utilizado desde 1918 y en nuestro entorno europeo eran bastante desconocidas.

  1. ¿La vacuna es la única solución? hay expertos que dicen que quizá nos vayamos inmunizando al convivir con el virus…..

Habría que matizar primero que la vacuna no es en sí la solución a la pandemia, salvo que tenga la capacidad de cortar la transmisibilidad, hecho que no todas las vacunas consiguen. Es la herramienta para disminuir el impacto y, quizá, atacar la transmisión; pero no parece probable que evite una segunda y tercera ola pandémica. En relación a la inmunidad de grupo, es un concepto siempre académico, que a lo largo de la historia se ha producido de forma natural en contadas enfermedades (exantemáticas infantiles, principalmente), en circunstancias concretas y que el ser humano no ha sido capaz de reproducir salvo con la vacuna. De forma que en la epidemiología de campo está descartada desde el inicio. No cumple los postulados de Fox, no se ha conseguido nunca en un ciclo pandémico, no parece plausible en una infección respiratoria aguda y, de intentar conseguirse, tendría un impacto demográfico ingestionable.

  1. Llegan los meses de otoño e invierno con otros virus, como la gripe, con parecida sintomatología…. ¿estamos preparados para que no se sature el sistema de salud?

La saturación de los Servicios de Salud es lo esperable ante las infecciones respiratorias agudas estacionales. En previsión de ello y en la línea de la Estrategia Nacional de respuesta precoz, se han revisado planes de contingencia, incrementado capacidades asistenciales, reforzado cadenas logísticas, etc. pero todo esfuerzo de preparación se puede ver superado ante los escenarios inciertos que implica un nuevo ciclo pandémico. Es decir, se puede aumentar la resiliencia del sistema pero la capacidad de hacerlo no es ilimitada y podría volver a haber situaciones de saturación. Ahora bien, el que por el momento en el hemisferio sur la incidencia de la gripe esté siendo menor podría ser una buena noticia aunque no implique necesariamente que la segunda ola del SARS-CoV-2 vaya a ser menor que la primera. Concurran o no el resto de virus estacionales, se espera que la presión asistencial en los meses de otoño e invierno sea mayor que los años anteriores.

  1. ¿Ha cambiado la pandemia los planes de Salud Pública de nuestro país?

A nivel general tenemos unas estructuras de Epidemiología y Salud Pública reducidas, de forma que los recursos dedicados a la planificación de la preparación y respuesta han sido acordes. De hecho, tras la gripe pandémica del 2009, en España los esfuerzos estaban concentrados a las enfermedades vectoriales (dengue, west nile, chikungunya, zika, etc.) debido al cambio climático, el peso de la producción ganadera y el ser zona de paso de tantas aves migratorias. Quizá después de la crisis sería esperable que los esfuerzos de preparación y respuesta se redirigieran hacia las respiratorias agudas, pero lo habitual es que tras este tipo de crisis las estructuras queden bastante maltrechas y tarden años en recuperarse.

  1. Cuéntanos los objetivos a corto plazo del Observatorio de la Salud Pública de Cantabria. 

Los objetivos iniciales eran reconfigurar la actividad actual a través del Plan Anual, la actualización de los grupos de investigación e iniciar el proceso de elaboración de las líneas estratégicas junto con los órganos de participación. Pero la situación actual manda y estamos centrados en las tareas de apoyo a la Dirección General de Salud Pública con la formación en rastreo y epidemiología, las actividades de preparación y respuesta, la explotación de los sistemas de información y la investigación de las cadenas de transmisión y brotes. A pesar de ello aspiramos a poder mantener uno de los ejes del Observatorio que es el estudio de las desigualdades sociales en salud, en este caso en la COVID-19, y acompañarlo del diseño y evaluación de intervenciones de mediación sanitaria y Educación para la Salud en los colectivos más vulnerables.  En un contexto de epidemiología de guerra el Observatorio no puede quedarse atrás y además de las actividades de inteligencia epidemiológica, de preparación y respuesta y de formación aplicada para las Administraciones, debe orientar también la investigación de acción participativa hacia la COVID-19.