Close

Actualidad colegial


Atrás

 

La cardióloga Gabriela Veiga ganó el Premio a la Mejor Tesis Doctoral del COM Cantabria

La doctora Gabriela Veiga Fernández es natural de Gijón,  estudió Medicina en la Universidad de Oviedo y,  tras prepararse  para el examen MIR en Asturias, eligió  formarse en Cardiología en el hospital Valdecilla. Durante su último año de residencia, tuvo la oportunidad de realizar una rotación de casi cinco meses en Hemodinámica en el Institut Universitaire de Cardiologie et de Pneumologie de Québec (Canadá), área que ya entonces le apasionaba. Después de la residencia se subespecializó,   también en en el HUMV,  en Cardiología Intervencionista,  donde actualmente desarrolla su actividad asistencial e investigadora. Dentro de la Unidad es la responsable de la consulta de Cardiopatía Estructural desde su creación en 2018, participando en la planificación y realización de los procedimientos relacionados con el intervencionismo estructural en Cantabria. Además,   durante esta sobresaliente trayectoria ha realizado su tesis doctoral que ha sido premiada por el Colegio de Médicos de Cantabria.

-Has ganado el Premio del COM Cantabria a la mejor tesis doctoral ¿qué ha supuesto para ti este reconocimiento?

Este premio reconoce y pone en valor el esfuerzo que implica preparar, escribir y defender una tesis doctoral. Si ya de por sí es una labor que requiere constancia y dedicación, este reconocimiento resalta la importancia de no rendirse cuando una pandemia mundial casi altera por completo el proyecto. Además la maternidad me acompañó los últimos dos años en la última fase de seguimiento, análisis estadístico y redacción sintiéndome extremadamente orgullosa del resultado final, ya que el esfuerzo realmente ha merecido la pena.

-Cuéntanos cuál ha sido el tema de tu tesis y la conclusión a la  que ha llegado….

Mi tesis doctoral aborda el tema del tratamiento de la estenosis aórtica esclerodegenerativa (EA) mediante implante de una prótesis aórtica percutánea (TAVI). Aunque el procedimiento es exitoso en más del 95% de los casos, existen un porcentaje de pacientes que describen no mejoría de su calidad de vida en el
seguimiento o incluso fallecen, cayendo por tanto en la futilidad del mismo. En este proyecto exploramos la existencia de predictores pronósticos basales fáciles de medir en la práctica clínica habitual mediante ecocardiografía, análisis clínicos, determinación no invasiva del estado de la vasculatura arterial, tomografía cardiaca, estudio del estado de fragilidad y parámetros hemodinámicos. Evaluando la mejoría clínica de forma objetiva en más de 200 pacientes, identificamos factores predictores basales que nos permitieron diseñar un modelo predictivo, el GAPA score, validado posteriormente en una cohorte independiente con excelentes resultados. La tesis incluyó subanálisis sobre el papel de la fragilidad, diversos cuestionarios de calidad de vida y funcionalidad, y el impacto del remodelado óseo en la no mejoría funcional tras TAVI. Además, colaboramos con ingenieros del MIT (Massachusetts Institute of Technology, Boston) en un subanálisis que comparó la medición de la curva de onda de pulso de forma no invasiva (mediante tonometría con aplanamiento) con la invasiva (mediante cateterismo cardiaco) en pacientes con EA severa, siendo el primer estudio en comparar ambas técnicas en este contexto.

Considerar la EA como una afectación no solo valvular implica un cambio de paradigma y permitiría abordar la valvulopatía en el momento óptimo para lograr el máximo beneficio pronóstico en estos pacientes. Algunos podrían beneficiarse de una intervención anticipada, evitando así la futilidad de un procedimiento técnicamente factible pero con escaso impacto pronóstico, lo que optimizaría recursos y evitaría rehospitalizaciones innecesarias por actuar tardíamente sobre la enfermedad valvular.

-¿Crees que este tipo de distinciones ayudan a los médicos jóvenes a desarrollar su carrera profesional? 

Definitivamente sí. Vivimos en una sociedad donde los incentivos al éxito motivan a seguir adelante. Además, ver que la labor investigadora tiene un papel fundamental vinculado a la asistencia médica es muy inspirador, especialmente para los residentes que están comenzando y se enfrentan a todo por primera vez. Observar cómo los médicos experimentados combinan investigación y asistencia es clave para generar interés en la investigación.

-¿Quién fue el director de tu tesis  y en qué medida  ha influido en el resultado final de tu trabajo?

Mi director de tesis es Jose Mª de la Torre Hernández, quien fue mi tutor de residentes cuando llegué a Cantabria hace 14 años, luego mi jefe de Sección y actualmente es el jefe del Servicio de Cardiología. Siempre digo que es mi referente en el ámbito de la investigación, quién me ha transmitido la pasión por ella y me ha guiado a lo largo de todos estos años. El resultado final del trabajo no habría sido posible sin su mente creativa y su apoyo incondicional.

-Cada vez sois más médicas las que destacáis en el terreno de la investigación ¿por qué crees que  el porcentaje de mujeres en la profesión no deja de crecer en los últimos años? 

En el ámbito de la Medicina, efectivamente, cada ven entran más mujeres en las facultades, lo que naturalmente se refleja en la investigación. Para investigar es clave ser tenaz, no frustrarse fácilmente y ser constante, además de dedicar tiempo fuera del horario asistencial. Aunque la vida laboral de las mujeres ha cambiado en los últimos años, aún queda no obstante mucho que mejorar en el ámbito del apoyo a la conciliación familiar.

-Para terminar,  ¿cuáles son tus planes a corto y medio plazo?

Actualmente, con el amplio abanico de información generado por mi tesis doctoral, tengo varias líneas de investigación abiertas, algunas en colaboración con otros especialistas. Además, continúo colaborando con los compañeros del IUCPQ (Québec) y del MIT (Boston).

A corto plazo, después del verano, realizaré una rotación en el Hospital Puerta de Hierro (Madrid), gracias a una beca de jóvenes cardiólogos de la Sociedad Española de Cardiología, con el objetivo de impulsar el programa de intervencionismo percutáneo mitral y tricúspide en nuestra comunidad.