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Jubete: “La caída del pelo en pacientes de cáncer no es motivo de vergüenza sino de orgullo”

La jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Marqués de Valdecilla participa en el Aula de Salud recomendando llevar un estilo de vida saludable con una buena alimentación y haciendo ejercicio moderado como formas de evitar que se desarrolle un tumor de mama

El cáncer de mama es una epidemia que afecta a una media de 474 cántabras al año. El impacto del diagnóstico deja en shock a las pacientes, pero desde el Servicio de Ginecología y Obstetricia de Valdecilla reconocen que los avances médicos y farmacológicos consiguen que un 90% de los casos lo supere con éxito y se quede en un “recuerdo”. Así lo asegura la doctora Yolanda Jubete, jefe de esta área del hospital, durante esta sesión del Aula de Salud, que ha sido moderada por la periodista de El Diario Montañés, Leticia Mena, en la que ha analizado la realidad que viven sus pacientes y a las que envía un mensaje de optimismo tras el zarpazo.

“La probabilidad estimada de desarrollar cáncer de mama a lo largo de la vida siendo mujer es de una mujer de cada 8 mujeres (12%). La mayor incidencia del cáncer de mama se produce entre los 45 y los 65 años. El cribado de cáncer de mama ha demostrado ser eficaz y efectivo en el control de la enfermedad y, en consecuencia, su práctica está recomendada por las sociedades científicas y organismos nacionales e internacionales. El efecto neto del cribado de cáncer de mama no es el mismo en todas las mujeres. La edad es un factor determinante. De ahí, que esté aceptado y asumido por las autoridades sanitarias la realización del cribado de cáncer de mama en mujeres comprendidas entre 50 y 69 años», explica la doctora que recuerda que en Cantabria a partir de los cincuenta todas las mujeres censadas recibirán una carta avisándoles de la cita para hacerse una mamografía, algo que a partir de entonces ocurrirá cada dos años.

Cuando una mujer recibe el fatal diagnóstico su principal preocupación es la supervivencia y el profesional médico debe estar con ella “sin paternalismos” explicándole cómo va a ser el proceso. Los tratamientos no tienen nada que ver con los de antaño, aunque no todos los días serán buenos. “Hace unos años un cáncer de mama era sinónimo de mastectomía. Ahora se tiende a ser lo más conservador posible respecto a la mama y la axila “sin disminuir un ápice la supervivencia”.

Los tratamientos han evolucionado a pasos agigantados y ahora “hay muchas líneas de quimioterapia y hormonoterapia, y la radioterapia también ha evolucionado mucho”. La autoexploración es fundamental pero no ha conseguido reducir la mortalidad, que al final es lo que se busca con un programa de detección; y el pico de la edad de riesgo se sitúa entre los 45 y los 65 años. Si autoexplorándose una mujer se encuentra un bulto extraño debe recurrir a su médico de Atención Primaria y, en función de la edad, se decidirá si hacer una ecografía o una mamografía para después, si es necesario, solicitar una interconsulta al Servicio de Valdecilla.

Jubete lanza un mensaje de tranquilidad: “El mecanismo es automático porque tenemos protocolizado cómo ayudar a las mujeres durante el camino”. Si la biopsia confirma que el bulto es maligno “vemos a la mujer, no a la enfermedad. Vemos qué condiciones tiene, su fisonomía, su genética… y le ofrecemos la posibilidad de ver a un psicooncólogo, que está especializado en tratar a mujeres con cáncer”.

Después un equipo multidisciplinar decidirá cuál es el mejor tratamiento para cada caso concreto. “Este proceso tarda un mes, no más”. Tras el diagnóstico siempre hay un momento común entre las mujeres de crisis, de zozobra… “Las que más sufren son las que tienen hijos pequeños porque hacen preguntas que nos impactan. ¿Veré a mis hijos hacer la Comunión?!, recuerda Jubete como una duda común entre sus pacientes.

La doctora rompe una lanza respecto a llevar un estilo de vida saludable como manera de evitar cruzarnos con el bicho. “Hay factores sobre los que podemos influir para no desarrollar un cáncer: cuidar la alimentación y mantenernos en el peso adecuado -la obesidad se asocia a un aumento de riesgo de cáncer de mama-; hacer ejercicio físico diario de forma moderada; evitar el consumo de tabaco, de alcohol y la alimentación precocinada”.

Respeto a la caída del pelo, algo que preocupa a la mayoría en cuanto se topan con el diagnóstico, Jubete envía un mensaje de fortaleza: “Nunca debe ser un motivo de vergüenza. La caída de pelo y los cambios corporales que experimenta una mujer en tratamiento deben ser motivo de orgullo porque eso significa que es una superviviente. Lo está luchando y lo está ganado”. Y siempre que se pueda, que nos fácil, intentar llevar una vida normal porque como le dicen muchas de sus pacientes “cuanto menos me afecta en mi día a día, menos sensación tengo de enfermedad”.

Estas y otras cuestiones han sido analizadas por la doctora Jubete que respondió a las decenas de dudas que han llegado por correo electrónico estos días.

Esta sesión del Aula de Salud forma parte del ciclo de charlas que, mensualmente, organizan El Diario Montañés y el Colegio de Médicos de Cantabria con el patrocinio de la Consejería de Sanidad, el Servicio Cántabro de Salud y la Fundación Valdecilla.