Actualidad colegial
Jóse Sobrado, delegado y representante de la Facultad de Medicina a lo largo de la carrera, fue homenajeado por sus compañeros en el acto de su graduación
Le entregaron un diploma para destacar su capacidad de liderazgo y de cuidar a sus compañeros.
José Joaquín Sobrado es de Vigo, pero, según sus palabras, «tuve la suerte de poder acabar estudiando aquí Medicina. Soy uno de los muchos ejemplos de estudiantes que entran fuera de listas, con el curso ya empezado. Este es un bache que muchos hemos tenido que superar, pero cuando sabes que has escogido una carrera y una profesión tan bonita como esta, al final supone un mero trámite».
Actualmente está inmerso en la preparación del examen MIR, apenas lleva unas semanas, y asegura que esta etapa la ve, junto con el estudio de Medicina, como carreras de fondo que no sabe donde le llevarán. En los últimos años le han gustado especialidades como MFyC, Medicina Interna y Pediatría, pero no descarta acabar en otras especialidades, como Cardiología. Lo que sí tiene claro es que, acabe donde acabe, sabe la clase de médico que quiere ser: uno dedicado en cuerpo y alma en sus pacientes. Quizá está vocación le ha llevado a ser el delegado de su clase en la UC durante años, a representar al Centro y a ser muy querido por compañeros y profesores, tanto es así que para despedirle le hicieron un pequeño homenaje y le entregaron un diploma por su aportación a la Facultad.
-Has sido delegado en la Facultad de Medicina de Cantabria durante mucho tiempo y también has representado a esta Universidad, cuéntanos esta trayectoria y cómo ha sido tu experiencia como representante de los estudiantes de Medicina de esta CCAA.
Yo me incorporé a la delegación de alumnos en segundo de carrera, como representante del Departamento de Biología Molecular. Francamente no era consciente del todo del sitio donde me metía. Para mi sorpresa y alegría me había metido de lleno en una familia, una familia dedicada a mejorar la facultad.
Posteriormente, llegó la pandemia, y con ella muchos abrieron los ojos con la importancia que tiene la salud mental. Por azares de la vida acabe siendo delegado de clase, que es sin duda una de las cosas más enriquecedoras de mi paso por la facultad, junto con las personas que conoces. Después, ya en cuarto y quinto, y de la mano de mis veteranos, fui el Delegado de Centro de la facultad.
Tras todos estos años, la experiencia la calificaría como extraordinaria, tanto a nivel formativo como a nivel humano. Participar activamente en mejorar la vida de nuestros compañeros, representarles donde haga falta y organizar congresos, son vivencias que aconsejaría a todos aquellos que llegan por las puertas de la facultad.
-Las notas de corte de las Facultades de Medicina son muy altas ¿crees que se pierden muchas vocaciones por esta cuestión y que el perfil de los futuros médicos está cambiando?
Por supuesto. Mismamente, como señalé antes, yo por poco no entro. Y por aquellos tiempos las notas de corte no estaban como están ahora. No obstante, según pasan los años te vas dando cuenta de cosas. No sé si serán circunstancias que se dan solo en mi generación, pero yo he visto como personas que entraron en primera y segunda lista acabaron abandonando la carrera por falta de vocación, mientras que aquellas que tuvieron que “hacer malabares” para entrar (pasando por otras carreras o por FP), son las que mayor amor sienten por la carrera y que a pesar de las dificultades la siguen queriendo como el primer día. En definitiva, te das cuenta de que esta carrera es vocacional. Solo espero que, a pesar de serlo, se siga la corriente que se comienza a ver
entre los médicos residentes en su afán de mejorar las condiciones formativas y materiales en los hospitales españoles.
-Y ¿cómo ves en general a los futuros médicos?
Los veo perfectamente preparados. La medicina avanza y con ella los conocimientos que se imparten en las facultades. No obstante, tanto los estudiantes como los profesores somos conscientes de que el plan de estudios necesita ser adaptado, actualizado a la nueva realidad. Por suerte, se están dando los primeros pasos en ello. Confío plenamente en el compromiso por la docencia y en ver los cambios en unos años.
-La especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria es una de las menos demandadas en la actualidad aunque su ejercicio es la esencia de la profesión médica ¿por qué crees que ocurre?
Yo creo que hay que poner todo en contexto. Por un lado, hay que tener en cuenta la cantidad de plazas que se ofertan. Hace no mucho leí que si tuviera la misma cantidad de plazas ofertadas que otras especialidades que “están de moda” acabaría miles de números antes, “superando” a muchas. Por otro lado, teniendo en cuenta lo que he podido ver y vivir, durante muchos años ha tenido mala fama. En parte también por sus condiciones laborales, que todos esperamos que vayan mejorando con los años.
Es una especialidad preciosa, que te llena mucho como profesional y que es muy exigente a nivel formativo. Con su incorporación obligatoria en las prácticas de sexto y su futura incorporación como asignatura, se han dado los primeros pasos para que ocupe el lugar que se merece. Yo mismo he vivido un cambio de paradigma entre mis compañeros gracias a rotar por los Centros de Salud. Tú ahora le preguntas a cualquiera de mi promoción y te dirán que les ha sorprendido para bien, y muchos, incluso te dirán que están entre sus primeras opciones. Más concretamente, si le preguntas a muchos de mis amigos, aquellos que no lo tienen claro, te dirán que tienen una pelea interna entre MFyC y Medicina Interna.
-Para terminar, los jóvenes estáis muy vinculados a la tecnología y la IA está cambiando muchas profesiones ¿cómo crees que puede afectar a la Medicina?
Yo creo que puede marcar un antes y un después. Creo que será una herramienta de suma utilidad que ayudará a los profesionales a ofrecer una mejor medicina, de mayor precisión y en menores tiempos. Sus posibles empleos son muy interesantes, desde el diagnóstico precoz de sepsis y cáncer en cribado, hasta el consejo para conseguir una óptima prescripción de medicamentos, tanto en pacientes polimedicados para evitar interacciones, como a la hora de prescribir antibióticos acordes al Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos.