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Jorge Romay es el ganador de uno de los Premios del concurso de Casos Clínicos del Colegio de Médicos de Cantabria

El doctor Jorge Romay realizó  la carrera de Medicina en la Universidad Rovira i Virgili de Cataluña. Posteriormente,  regresó  a su tierra natal,  Gran Canaria,  para preparar  el examen MIR y  tras aprobarlo  decidió  hacer la residencia de Psiquiatría en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Actualmente realiza el último año como  residente  que  compagina con el doctorado y  con algunos trabajos de campo, como el caso clínico que presentó al  Colegio de Médicos de Cantabria que obtuvo uno de los premios de esta convocatoria.

Has ganado uno de los Premios del COM Cantabria al Mejor Caso Clínico ¿qué ha supuesto para ti este reconocimiento?

Satisfacción de poder ver el resultado que tiene la curiosidad y motivación por aprender, animado por figuras que considero de referencia y admiración en la profesión. Este reconocimiento lleva el nombre de muchos profesionales sanitarios que atendieron y asistieron a la paciente (enfermería, auxiliares, celadores, médicos), especialmente a la Dra. Pérez Iglesias,  que encabezó de primera mano la gestión y tratamiento del caso.

Que la psiquiatría pueda estar representada en este tipo de concursos siempre es positivo, especialmente a la hora de poder darle visibilidad y aproximarla junto al resto de especialidades médicas. Me gustaría destacar que no solo los psiquiatras nos enfrentamos al ya conocido estigma de las enfermedades mentales en nuestro día a día , sino también a la instrumentalización de nuestra profesión por parte de otros especialistas e instituciones. Aclarando esto último, los psiquiatras terminamos asumiendo en muchas ocasiones las consecuencias humanas derivadas de la falta de recursos sociales y económicos, cuya solución y prevención realmente debe partir desde los servicios públicos e instituciones de referencia.

-Cuéntanos de forma breve el caso y la conclusión a la que ha llegado….

Elegí este caso en parte por la singularidad del mismo, la gestión del equipo de psiquiatría  así como por la implicación personal que tuve. Siendo uno de los motivos por el cual comencé a interesarme por las fases tempranas de la psicosis.

Se trata de una paciente de 23 años, sin antecedentes psiquiátricos previos, tampoco historial de consumo de tóxicos.

Ingresa  en planta de Psiquiatría por un cuadro clínico caracterizado  por mutismo, rigidez muscular, oposicionismo, sudoración …, todo ello compatible con catatonia como forma de debut de un primer episodio de psicosis. Desde el inicio del ingreso se descarta organicidad mediante pruebas complementarias/analíticas así como por parte del equipo de neurología. Tras la mejoría clínica del cuadro catatónico con benzodiazepinas, se inicia tratamiento en monoterapia antipsicótica a dosis mínima eficaz, dada la presencia de alteraciones sensoperceptivas y clínica psicótica activa.

Escasa  mejoría conductual y psíquica durante el transcurso del ingreso,  lo cual requiere la sustitución del tratamiento antipsicótico inicial. Tras esto, pese a la correcta optimización  del segundo tratamiento en monoterapia y teniendo en cuenta tolerabilidad y efectos adversos, no se logra la remisión de la clínica psicótica. En este punto se realiza el cambio de tratamiento a clozapina como tercera línea. Buena respuesta asociada, objetivando una clara mejoría clínica durante los días posteriores, con buen  control farmacológico, adecuada tolerabilidad y correcta recuperación funcional de la paciente.

A día de hoy, tras dos años de seguimiento ambulatorio, en tratamiento con dosis mínimas de clozapina (intervalo inferior del rango terapéutico según ficha técnica) en monoterapia, la paciente desempeña su vida profesional y personal de forma satisfactoria y plena, sin recaídas ni efectos secundarios.

-¿Crees que este tipo de distinciones ayudan a los médicos jóvenes a desarrollar su carrera profesional?

Sí, animo al resto de compañeros a poder participar, es una forma de compartir y dar a conocer casos clínicos de forma original e ilusionante.

La carrera profesional se puede desarrollar de muchas maneras y está claro que la investigación o la participación en concursos de este estilo puede incentivar y motivar a los profesionales sanitarios.  Aunque, en mi opinión,  lo más importante pasa por situar al paciente en el centro de la ecuación, saber comunicarnos con ellos, poder entenderles y escucharles desde el respeto, el sentido común y sin olvidar la perspectiva de género. Es  enriquecedor poder  complementar la práctica clínica con la investigación y viceversa.

-Valdecilla es líder en muchas especialidades ¿también lo es en la tuya?

La especialidad de psiquiatría en Valdecilla cuenta con programas pioneros y de alto nivel en España como el de la intervención temprana para la psicosis, liderado por la Dra. Pérez Iglesias, siendo un reclamo para muchos residentes del país que vienen a rotar durante meses para conocer de primera mano el programa y los principios del mismo.

También mencionar la calidad profesional de los facultativos de Psiquiatría que ejercen su trabajo en los distintos dispositivos que conforman el servicio. Y a destacar las unidades de salud mental ambulatorias, actualmente saturadas, con largas listas de espera y tiempos limitados de consulta, pese a ser claves y vitales en la Psiquiatría.

6. Para terminar, ¿cuáles son tus planes a corto y medio plazo?

Poder seguir creciendo como profesional y como persona. Creo que es importante fomentar el espacio personal, familiar y social, puesto que si todo se resume a la Medicina terminamos perdiendo el sentido común,  necesario para ejercer de forma adecuada y humana nuestro trabajo. Me gustaría poder seguir el ejemplo de muchos psiquiatras que admiro, escuchando, observando y poniendo en práctica con pensamiento crítico lo aprendido. Para finales de año realizaré una rotación externa en Melbourne en un programa de psicosis.