El historiador, arqueólogo y etnógrafo intervino en el Aula de Cultura del Colegio de Médicos en donde habló sobre el Patrimonio de la montaña habitada

 El investigador Manuel García Alonso aseguró que el paisaje cántabro ha cambiado en la montaña por efectos de la mano del hombre, ya sea por medio de la deforestación, incendios, u otros efectos. El historiador, arqueólogo y etnógrafo que intervino en el Aula Dr. Guillermo Dierssen, en el Aula de Cultura del Colegio de Médicos, en donde habló sobre el Patrimonio de la montaña habitada explicó que durante miles de años se creó un corredor cultural que demuestra la constante existencia de una convivencia sobre todo en tiempo de verano.

Con su intervención quiso hacer un reconocimiento del territorio de montaña más “nuestro”, desde las sierras litorales del Cantábrico hasta el piedemonte meridional de la cordillera. Un vasto territorio en el que se quiere arañar lo suficiente para manifestar su riqueza en testimonios etnoarqueológicos particulares y compartidos en lo que pudiera definirse como Corredor Cantábrico.

El conferenciante, de amplia experiencia como historiador, arqueólogo y etnógrafo, hizo un recorrido por las obras de ingeniería (militar) como la construcción de puentes, caminos, etc…que ha sido motivo de una reciente publicación, en donde ha elaborado un amplio y profuso tratado sobre los elementos etnográficos (chozas, corrales, mieses, caminos, etc.) que cualquier persona encuentra si recorre nuestra montaña.

A lo largo de su intervención, con múltiples fotografías de paisajes y obras realizadas por la mano del hombre ha tratado de establecer las referencias culturales etnográficas en el territorio compartido para acceder a las claves de comprensibilidad de los paisajes, tanto para los aficionados a la montaña como para los profesionales y aficionados a la historia y a la arqueología.

Durante su intervención hizo una descripción y análisis pormenorizado de aquellos elementos de los paisajes agrarios, pastoriles y ganaderos, forestales, industriales y mineros, a través de sus evidencias materiales, sean notorias o mínimas, en el terreno, descubriendo temas “curiosos” que el hombre a simple vista es complicado identificar.

Manuel García Alonso, nacido en Pilas de Soba en 1957, reside en la actualidad en San Miguel de Aguayo (Cantabria).  Es profesor jubilado e investigador y ha desarrollado una amplia trayectoria profesional como profesor de Enseñanza Media en institutos de la Comunidad Valenciana y Cantabria.

Como historiador, arqueólogo y etnógrafo ha trabajado, y continúa haciéndolo, principalmente en su comunidad de nacimiento y zonas aledañas, en campos tales como la arqueología de la Guerra Cántabra, la Edad Media y la etnografía regional, dirigiendo proyectos de intervención e investigación al respecto entre los que podemos citar, por ser los últimos, los del campamento romano de El Cincho, el despoblado medieval de Corada y la tejera artesanal de San Miguel de Aguayo.

Dichas investigaciones han visto la luz en numerosas publicaciones especializadas y, en concreto, ha publicado numerosos artículos sobre el carboneo o el pastoreo tradicionales y sendos libros sobre la historia y etnografía de los Montes de Pas y de los valles de Soba y Aguayo. Como consecuencia, ha participado en numerosos cursos, coloquios y congresos.

Pero, además, y no en último lugar, es buen conocedor de la montaña cántabra, de su orografía, pero también de los testimonios materiales que en ella es común encontrar, mediante su constante afición a deambular con el necesario detenimiento que exige una buena observación.