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Dr. Felipe Villar: “La vacunación es, con seguridad, el arma más potente que tenemos los médicos para luchar contra las infecciones”
Médicos y Pacientes aborda la vacunación en la población adulta con el Dr. Felipe Villar, jefe asociado del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. El experto, destaca en esta entrevista que herramientas como el calendario vacunal y la concienciación son algunas de las claves para la prevención de infecciones en adultos.
En esta entrevista, el doctor Villar explica la importancia de la vacunación como herramienta de prevención y protección a la población más vulnerable, la necesidad de herramientas y estrategias como un calendario vacunal, la importancia de la formación de los profesionales o el estado de la investigación en este ámbito.
Lo que ocurre con la edad es que el sistema inmunitario envejece, es decir, se da lo que se conoce como inmunosenescencia. Para el Dr. Villar, un concepto muy interesante es el fitness inmunológico o “el entrenamiento del sistema inmune para que responda mejor a las infecciones y a las vacunas”. Esto se hace principalmente a partir de seis aspectos: no fumar; hacer ejercicio físico; mantener una dieta adecuada; tener una buena higiene de sueño; salud mental, pues hay estudios que demuestran que el sistema inmunitario funciona mejor si socializamos -la soledad o la depresión son factores para tener más infecciones, explica el doctor-; y la vacunación “para que nuestras células inmunitarias respondan mejor ante los patógenos y para que las vacunas sean más efectivas”, destaca.
Por qué es importante la vacunación en adultos
Para responder a esto, explica el Dr. Villar, hay que conocer la importancia de la vacunación a nivel mundial. Además, “la vacunación es, con seguridad, el arma más potente que tenemos los médicos para luchar contra las infecciones”.
En esta misma línea, cabe destacar que una de las claves para la vacunación es medir, si se hace vigilancia y conocemos cuántas infecciones hay y qué virus y bacterias las provocan, “podremos hacer campañas mucho más adecuadas y efectivas”, afirma. Para eso es importante la realización de tests diagnósticos de manera continuada, para saber qué tipo de infecciones tiene la población de cada área sanitaria. Además, también es muy relevante el registro de las vacunas, “para conocer su efecto y qué parte de la sociedad está inmunizada. Así, se pueden recopilar datos tanto para el sistema sanitario como para el propio paciente”, señala el doctor.
Se ha publicado recientemente que las vacunas o la inmunización a nivel mundial “han evitado 154 millones de muertes en los últimos 50 años, lo que equivale a evitar una media de seis muertes cada minuto durante las últimas cinco décadas”, expone el neumólogo. En este sentido, la principal población protegida es la infantil, que es un grupo en el que la mortalidad es más evitada a través de las vacunas.
Pacientes y poblaciones frágiles como los niños y las personas mayores deben tener la protección adecuada ante las infecciones, señala el especialista, “y la mejor forma para ello siempre ha sido la prevención. Dentro de esta prevención, la vacunación juega un papel muy importante porque está muy demostrado que los pacientes que tienen, por ejemplo, enfermedades respiratorias, cuanto más mayores son, generan más carga y gastan más recursos sanitarios (visitas a primaria, urgencias, hospitalización, …), y, por supuesto, tienen una mayor mortalidad”. Por tanto, las estrategias de prevención siempre van a ser mejores que las de diagnóstico y tratamiento, y también son más costoeficientes.
La población adulta de mayor riesgo comprende a aquellos pacientes que padecen enfermedades crónicas, fundamentalmente las respiratorias, porque también hay más infecciones respiratorias y estos son los más afectados. También son muy importantes aquellos que padecen enfermedades crónicas cardiovasculares crónicas, renales o hepatopatías, diabetes, hipertensión arterial e inmunodeficiencias -estas tienen la complejidad añadida de que responden peor o de forma más deficiente a las vacunas-. Finalmente, hay que tener en cuenta a los pacientes que están sometidos a tratamientos inmunodepresores como la quimioterapia, o algunos anticuerpos o fármacos que pueden provocar una inmunodepresión.
Vacunas importantes para pacientes con patologías respiratorias crónicas
Felipe Villar enfatiza que es importante resaltar que en el mundo de la patología respiratoria del paciente adulto hay seis vacunas muy importantes, que son las siguientes:
- Vacuna contra la gripe: cada vez son más modernas, con menos efectos secundarios y tienen mayor eficacia, explica.
- Neumococo: cada vez hay más vacunas conjugadas para hasta 20 y 21 serotipos y con una cobertura mayor, sobre todo para prevenir la enfermedad neumocócica invasiva.
- Covid: “ya conocemos los estragos de la pandemia y cómo se controló a partir de la llegada de la vacuna, que trajo principalmente la reducción de la hospitalización y la gravedad de la enfermedad”, afirma el doctor. La población se sigue infectando porque el virus llega, pero la vacuna hace que el riesgo de ingresar y fallecer sea mucho más bajo. Además, Villar señala que la vacuna de ARN mensajero fue también una novedad en cuanto a un tipo distinto de vacuna que puede favorecer que esta sea más a medida y que pueda hacerse mucho más rápido y eficaz.
- Tosferina: en el último año hemos tenido un pico muy importante que ha sido cuatro o cinco veces más alto que el último que hubo. La recomendación es que mayores de cincuenta años y pacientes respiratorios crónicos deben tener al menos una dosis de refuerzo contra la tosferina, esa es la recomendación, sobre todo si durante la adolescencia no se la pusieron. La CDC extiende esta recomendación de refuerzo a cada 10 años para los pacientes con EPOC o asma.
- Herpes Zóster: esta vacuna trajo consigo una novedad, el adyuvante como un elemento muy importante, que implicó que los pacientes inmunodeprimidos y los mayores tengan un efecto durante más tiempo, al menos 11 años, y con mayores niveles de protección. En la población general, incluido el paciente respiratorio, es muy importante porque a partir de los 50 años la inmunosenescencia se acentúa y eso se transmite en que tenemos menos capacidad defensiva y menos potencia de efecto de las vacunas, señala el neumólogo.
- VRS: para el que ya tenemos vacunas que nos ayudan a proteger a pacientes con una eficacia alta y los estudios confirman que son para hasta dos temporadas, o tres como en el caso de la vacuna adyuvada. Esta vacuna, indica el Dr. Villar, es muy importante para pacientes mayores de 60 años, para mayores de 50 si tienen factores de riesgo importantes, y embarazadas, porque hay un déficit de contrarrestar este virus “ante el que no teníamos herramientas hasta hace poco y que genera una alta carga de hospitalización, sobre todo en pacientes respiratorios y en los que tienen más comorbilidades”, detalla.
Herramientas y estrategias
Las herramientas y las estrategias esenciales para la vacunación en adultos pasan por tres claves: “formación, concienciación y divulgación, que son interdependientes e influyen directamente en las otras”, afirma el experto.
La formación y concienciación debe hacerse a todos los profesionales de la Medicina desde el grado. “Si el médico y el paciente están bien formados e informados, la transmisión de esta necesidad llega más rápido y con más seguridad”, explica. Así, “tenemos muchas más herramientas en el paciente adulto para avanzar en la elaboración de un calendario de vacunación, y, si vamos un paso más allá, uno específico para pacientes respiratorios crónicos”.
La vacunación en la población infantil está muy consolidada, “y eso favorecerá la de los adultos”. Además, para el doctor existen otros aspectos interesantes como involucrar a todos los especialistas, no solo a Medicina Familiar y Comunitaria, y a Medicina Preventiva. La recomendación de la vacunación debería partir de todos los especialistas que trabajan con este grupo de pacientes frágiles o vulnerables, como pueden ser Neumología, Reumatología, Medicina Interna, Cardiología, Geriatría, Oncología, Hematología, Dermatología, etc.
Otra cosa muy interesante según explica Felipe Villar es la llegada de la inteligencia artificial, que puede hacer que tengamos mejores estrategias de vacunación, por una parte, a nivel de consejerías y de hospitales o centros sanitarios, y, por la otra, para hacerlo de forma personalizada. Así, “cada paciente sabrá el riesgo que tiene” en función de aspectos como con quién vive, dónde, qué enfermedades tiene, y cuáles son las vacunas más apropiadas para cada momento. Además, esto puede ayudar también a que, en la consulta, el propio sistema avise de quién tiene que vacunarse y de qué. “Es decir, cada vez hay muchas más posibilidades, pero tenemos que aceptarlas, adoptarlas y trabajarlas”, destaca.
Calendario vacunal
Acerca de establecer un calendario vacunal, el Dr. Felipe Villar señala que se trata de una estrategia muy importante, “porque favorece que todo el mundo tenga claro cuándo tiene que vacunarse y ayuda en las campañas de vacunación”. Por ejemplo, explica que los padres tienen muy claro cuándo vacunar a sus hijos porque tienen este calendario, lo que favorece que el paciente lo acoja y facilita la labor sanitaria porque el médico sabe muy fácilmente de qué y cuándo se tiene que vacunar su paciente: “cuanto más estructurado esté, más sencillo es para todos”.
En esta línea, hay sociedades científicas y consejerías de sanidad que están trabajando en ello desde hace tiempo, y, de hecho, uno de los temas de la reunión de la Comisión de Salud Pública de este 14 de noviembre ha sido el calendario vacunal tanto para la infancia como para la edad adulta, así como la inclusión de las vacunas contra el VRS en esta acción preventiva.
El papel de las comunidades autónomas, a través de las direcciones generales de salud pública, es esencial en este ámbito. “En el caso de Madrid, que es el que conozco, están trabajando mucho y muy bien en ello, y tanto los pacientes como los médicos pueden acceder al historial y llevar un buen seguimiento de las vacunas”, explica el especialista.
También son esenciales nuevos recursos y consultas que se pueden utilizar, por ejemplo, tal y como explica el doctor, “en la Fundación Jiménez Díaz, vamos a abrir una nueva consulta de prevención y salud respiratoria en la que se darán pautas, entre otras, para dejar de fumar, seguir una buena dieta, hacer ejercicio, tener una buena higiene de sueño y establecer qué vacunas son recomendables para el paciente”.
El papel de la profesión médica
El médico “tiene que poner en el informe la recomendación y si es necesaria, la prescripción de una vacuna”, indica. Además, es importante comprobar si se ha administrado la vacuna, explica.
Por otra parte, Villar señala que otro aspecto que favorece la vacunación “es facilitar la administración, o en ese momento si es posible o dando la cita para hacerlo. Así, se reduce el tiempo entre la recomendación y la administración y se incrementa la tasa de vacunación”.
Investigación
“Yo creo que estamos en un buen punto, pues cada vez tenemos mejores vacunas, con una ingeniería mejor y con más eficacia”, indica Villar. Tanto es así, que ya hay vacunas que no solo valen para prevenir infecciones, si no que se están investigando vacunas terapéuticas. Además, para el experto ante el envejecimiento de la población, la prevención es esencial para no colapsar los sistemas de salud.