Actualidad colegial
«La sociedad conoce nuestro trabajo y lo valora por encima de cualquier otra profesión»
El doctor Juan José Rodríguez Sendín, experto en ética y deontología de la profesión médica, protagoniza la entrevista de esta semana
Juan José Rodríguez Sendín estudió Medicina en la Universidad de Salamanca, es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria pero en la actualidad se dedica profesionalmente a la Ética y a la Deontología. Por una parte en la Comisión de Ética y Deontología de Toledo, que preside, y por otra en la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial, de la que es miembro. Además, es vocal de la Asociación por un Acceso Justo al Medicamento (AAJM) que fundó con otros colegas. En esta entrevista para el COM Cantabria con motivo del Día de la Profesión Médica, este experto analiza la realidad de los profesionales de la Medicina en la actualidad y su imagen en la sociedad.
-El próximo miércoles se celebra el Día de la Profesión Médica ¿qué hay que transmitir a la sociedad sobre vuestro trabajo?
Creo que la sociedad conoce nuestro trabajo y lo valora por encima de cualquier otra profesión. Hay que contarles que las características substanciales de nuestro modelo asistencial son muy sólidas y sobre todo justas: equitativo, universal, de calidad y financiado mediante impuestos. Por su reputación en el momento actual se ha convertido en uno de los referentes del mundo occidental. Y en ese escenario el médico tiene un papel determinante.
Sin embargo, la sociedad esta cada día más preocupada y disgustada porque el SNS no le da respuesta suficiente cuando lo necesita. Es intolerable que el primer diagnóstico tenga que esperar tiempos escandalosos. La sociedad debe saber que buena parte de esa responsabilidad no es nuestra y que corresponde a los entes gestores. Aunque sí lo es denunciar y exigir soluciones para que las listas de espera tengan demoras razonables.
-El lema elegido por la OMC es «Sin médicos no hay Medicina», parece obvio, pero ¿quizá no lo es tanto?
Esta Ud. pensando en la inteligencia artificial, en una medicina practicada por maquinas o robots inteligentes. La IA cambiará el modo de entender y hacer medicina, obligará a algunas especialidades a modificar contenidos y comportamientos. Pero la esencia del buen médico que es entender, atender y aliviar el sufrimiento de un ser humano, informándole y acompañándole con prudencia, no podrá remplazarlo nunca la IA.
Sigue siendo cierto la afirmación de que “sin médicos no hay medicina”, sin embargo, ante los caminos que toma la ciencia y sus aplicaciones, cada día es más
comprometido el ejercicio profesional en campos que comprometen la toma de posiciones éticas en defensa de la vida con respeto a la dignidad de la persona humana.
-Hay incluso una Escuela de la Profesión Médica con un programa de trabajo intenso ¿está dando sus frutos?
No es posible concretar los frutos de la Escuela de la Profesión Médica, ni podríamos asignárselos a una actividad aislada de la OMC. La Escuela de la Profesión
complementa la actividad de la Fundación para la Formación de la OMC, al Sistema de acreditación de esta SEAFORMED, al manual del Buen Quehacer Medico (BQM), y la actividad de la Comisión de Ética y Deontología. Es decir, todos son instrumentos para mejorar el quehacer profesional del médico.
La Escuela de la Profesión Médica es un foro de pensamiento libre de todo tipo de influencias toxicas e interesada, una herramienta de la OMC estructurada para crear inteligencia profesional y ética. Revisa anualmente, en unas jornadas que realizamos precisamente en Santander, las cuestiones más relevantes que afectan transversalmente a la profesión médica.
-Son muchos los que opinan que hay una enorme diferencia entre los médicos de las nuevas generaciones con respecto a los de las anteriores ¿es así?
Siempre ha habido diferencias de una generación con la siguiente. Yo escuché lo mismo cuando comenzaba mi ejercicio médico. Mire, cuando nos preguntamos acerca del motor que impulsa el avance de la humanidad, nos encontramos siempre con tres determinantes: un comportamiento etológico que arrastramos de nuestra antigua condición de primates (¡esa \alma\ humana con más de diablo que de ángel!); el comportamiento genético, lo que heredamos, y los comportamientos aprendidos, tanto técnicos como profesionales y culturales. Nuestros médicos jóvenes son fruto de lo que han aprendido de una sociedad en constante cambio que ofrece poco tiempo para la reflexión y el análisis.
– ¿Se implica la Administración lo suficiente para cuidar la profesión médica?
El médico se tiene que cuidar él mismo mediante nuestra Organización que para eso está. Nuestra OMC debe reclamar a la Administración todas las condiciones
necesarias para el buen ejercicio médico entre las cuales esta cuidar al cuidador. La gestión y la política no suele atender bien al que pone la cara a la Administración, al médico que no puede responder a la necesidad del paciente y sobre todo lo hace tarde.
Los problemas económicos, de organización, de falta de profesionales para cubrir la demanda asistencial -por cierto, exagerada-, la necesidad de que los grandes números no incomoden al político que los nombra, … todo ello no tiene que ver con el sufrimiento de un paciente concreto. Pero el médico tampoco suele entender y preocuparse en exceso de las consecuencias de sus actuaciones para el interés general, de la insuficiencia de sus rendimientos, de prácticas injustificadas e inevitables, de segundas consultas y revisiones redundantes, de pérdidas de tiempo, de prescripciones y pruebas innecesarias.
Como he dicho en otras ocasiones, el ejercicio de la Medicina, tanto desde la clínica como desde la gestión, es maravilloso, pero no es –ni nunca lo ha sido– actividad inocente, ni siquiera una actividad éticamente neutra. En resumen, sería oportuno y aconsejable por el bien del paciente y del SNS, que los gestores se preocupen y se pongan en la piel del buen médico y el buen médico se ponga y comprenda el trabajo y preocupaciones del buen gestor.
-Para terminar, hay profesiones especiales que no solo implican el desarrollo de una disciplina científica, una de ellas es la Medicina, quizá la más representativa ¿no hay buen médico que no tenga esto claro o la tecnología ha hecho que este concepto quede obsoleto?
Con frecuencia se pueden leer y escuchar entre gente madura la falta de humanidad de la sociedad actual, la insolidaridad escandalosa de al menos una parte de
ella, digo esto porque también afecta a los médicos que forman parte de esa sociedad. Incluso escuchamos diseños virtuosos que brotan de deseos quiméricos siempre bien formulados donde siempre un tercero, al que se desconoce, tiene la culpa.
La tecnología y las nuevas herramientas no son culpables del uso que se les dé a las mismas. Suelen ser la disculpa de los déficits del profesional que igual los tendría con y sin tecnología. El médico es responsable de su actuación y de revisar constantemente lo que hace, así como sus resultados. Si nos referimos a la deshumanización del acto asistencial debemos centrarnos, además, en el estado de dos derivadas diferentes, aunque complementarias. La primera es que es un sinsentido hablar de humanización con listas de espera escandalosas para el primer diagnóstico, incluso en Atención Primaria. Esta realidad es intolerable y hay que ponerle limites urgentemente. La segunda derivada es la necesidad de respetar y defender con entusiasmo la dignidad de cualquier ser humano sin distinción alguna. Todos los hombres y mujeres son algo valioso en sí mismos, valor propio, que existen y deciden por derecho, en cualquier caso, independientemente de nosotros, del que los observa, tras ser informado leal y correctamente sin manipulaciones interesadas.