El equipo del Dr. Jesús Artal  protagoniza la entrevista de la web del COM Cantabria 

El equipo de nueve jóvenes médicos residentes de Psiquiatría de Valdecilla ha protagonizado un encuentro en el Colegio de Médicos junto al Jefe de la Unidad, Jesús Artal, y una serie de «videoconsejos» que esta web comenzará a mostrar en unos días. Pero con motivo del Día Mundial de la Salud Mental,  celebrado ayer,  responden a las cuestiones que nos acercan a la realidad de las patologías mentales.

Esta semana  se celebra el Día Mundial de la Salud Mental  con datos preocupantes de aumento  de  patologías mentales ¿a qué tanto por ciento de la población afectan?

La prevalencia mundial estimada de los trastornos mentales fue de 970,1 millones de casos en 2019 (frente a 654,8 millones de casos estimados en 1990), lo que corresponde a un aumento del 48,1 % en dicho periodo. Además, los trastornos de la Salud Mental suponen una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo.

Concretamente, en España, según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2020–2021,  el 29% de la población padece algún trastorno de Salud Mental. La prevalencia registrada de trastornos mentales es de 286,7 casos por cada 1.000 habitantes, más elevada en mujeres que en hombres (313,3 frente a 258,8).  La prevalencia aumenta con la edad: cuatro de cada 10 personas de 65 y más años padece algún trastorno mental. Este patrón es similar en ambos sexos, si bien la prevalencia es mayor en mujeres que en hombres a partir de los 20 años.

En este contexto, el suicidio sigue siendo la principal causa externa de muerte en España, casi triplicando las muertes vinculadas a accidentes de tráfico, y multiplicando por 14 los homicidios. Entre los 15 y los 29 años, el suicidio es la principal causa absoluta de muerte.

-¿Y si nos centramos en Cantabria?

Desde el equipo de residentes de psiquiatría  tenemos claro que las urgencias psiquiátricas en Cantabria han aumentado en los últimos 5 años, a expensas de una mayor demanda asistencial así como en la complejidad creciente respecto al  manejo clínico de cada paciente.

Los porcentajes en Cantabria según la Encuesta Nacional de Salud  (2017) con respecto a patologías como   la ansiedad se sitúan en el 8.3% de la muestra (5,4% en hombres y 11,0% en mujeres) y un 7,8% refiere haber recibido el diagnóstico de depresión (4,9% en hombres y 10,6% en mujeres). Por otra parte, la prevalencia de cuadros depresivos activos en la población de Cantabria que muestra la Encuesta Europea de Salud en España (2020) es de 3,64%, con los porcentajes más altos respecto a la severidad de los síntomas, en grado leve y moderado.

-¿Ha cambiado el perfil de vuestros pacientes en los últimos años?

Sí, sin lugar a dudas es algo que nos llama la atención y que percibimos diariamente en nuestro ejercicio profesional. Hoy en día estamos tratando un mayor número de pacientes que acuden a nuestras consultas con una importante problemática social y laboral,  cuyo malestar  anímico  realmente está condicionado por una escasez  de soluciones y recursos procedentes de instituciones y servicios públicos.

Esto nos lleva a hablar de la  instrumentalización de nuestra profesión, tanto  por parte de otros especialistas sanitarios como de  instituciones o incluso de pacientes. Aclarando esto, los psiquiatras terminamos asumiendo en muchas ocasiones las consecuencias humanas derivadas de la falta de recursos sociales y económicos, cuya solución y prevención realmente deben partir desde los servicios públicos e instituciones de referencia.  Como ejemplo claro, poco puede hacer un antidepresivo  o terapia psicológica a un paciente cuando realmente lo que necesita es una vivienda digna.

-¿Hizo tanto daño la pandemia? 

La pandemia tuvo un impacto significativo en la salud mental de muchas personas. El aislamiento social, la incertidumbre, el miedo al contagio y las pérdidas de seres queridos contribuyeron a amplificar o ser detonantes de estrés y malestar anímico. Muchas personas experimentaron cambios en su rutina diaria, lo que también afectó directamente a  su bienestar emocional. Es un tema importante y complejo, que ha llevado a un mayor reconocimiento de la necesidad de apoyo en salud mental.

-¿En qué estamos fallando como sociedad?

Más que posibles fallos que estemos cometiendo, creemos que la sociedad está siguiendo un curso natural, atendiendo a un contexto en el cual estamos evolucionando de forma dependiente y ligada a la tecnología, algo que previamente no ha sucedido y que por lo tanto no tenemos historial ni antecedentes. Con esto hablamos de la velocidad como principal protagonista de nuestras vidas, de la cultura de la inmediatez, de la sociedad del desconocimiento en pleno exceso de información, del negacionismo creciente y del difícil manejo de la frustración. Tal vez debamos actualizarnos y reflexionar sobre como esta forma de sociedad ligada a la tecnología ha venido para quedarse, poniendo en cuestión nuestros modelos previos.

-Si nos centramos en los jóvenes  de hoy, como vosotros ¿cuál es su salud mental? 

Los jóvenes hoy en día estamos expuestos a un nuevo modelo de sociedad tecnológica que es importante tener en cuenta para poder entender nuestra salud mental. Este nuevo modelo nos permite tener acceso a una cantidad ilimitada de información desde temprana edad,   teniendo como premisa en todo momento la inmediatez y velocidad del día a día.

En este contexto cabe remarcar como los jóvenes estamos percibiendo un alto grado de incertidumbre y preocupación en relación con  temas  relevantes como  el acceso a la vivienda, el medioambiente, independencia económica, la situación política internacional, efectos de la pandemia Covid, calidad laboral, etc. Todo esto crea un clima complejo que claramente condiciona de forma negativa la salud mental de cada uno, fomentando un mayor nivel de estrés, frustración, odio y soledad.

-Para terminar ¿contarnos qué os parece la iniciativa del COM Cantabria dirigida a la sociedad.

Cualquier iniciativa que acerque los profesionales sanitarios a la ciudadanía será siempre positiva y necesaria. Debemos implementar más actividades destinadas a la población que sean  originales, docentes y de  gran ayuda.  Como profesionales de la salud, tenemos la obligación de divulgar y aproximar el conocimiento científico a la ciudadanía, formando parte activa del debate sobre la moda de la salud mental, muy presente a día de hoy, especialmente en redes sociales.