La doctora Nancy Barón estudió Medicina en la Fundación Universitaria San Martín, en la ciudad colombiana de Bogotá, de donde procede. En su país de origen también realizó la Especialidad de Auditoría y Garantía de la Calidad en Salud con la Escuela de Administración de Negocios y una Maestría en Gestión de la Seguridad Clínica del Paciente y Calidad de la Atención Sanitaria con la Universidad Internacional de la Rioja. En la actualidad, está realizando su tercer año de residencia en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria con la Gerencia de Atención Primaria de Cantabria en la zona de Torrelavega, asignada al centro de salud Dobra, con un tutor, al que califica como «excepcional», que es el doctor José Ramón Fernández Fonfría, y con rotación por especialidades y urgencias en el Hospital de Sierrallana. En el marco de su labor como residente, trabajó en un caso clínico que presentó a la convocatoria del COM Cantabria, y resultó premiado.

–Has ganado uno de los Premios del COM Cantabria al Mejor Caso Clínico ¿qué ha supuesto para ti este reconocimiento?

Como parte de mi formación en la residencia me ha parecido interesante hacer ejercicios de publicación como posters, casos clínicos y estudios de investigación. Participar en el Certamen realizado anualmente en el COM Cantabria tenía interés para mi tanto por el prestigio que ello implica así como el tener la oportunidad de participar con residentes de toda Cantabria de todas las especialidades. Ha sido el segundo año en que he participado y la primera vez que obtengo un premio y obtener este reconocimiento ha significado un orgullo para mi que además me ha permitido dar mayor visibilidad a mi especialidad y al Hospital de Sierrallana.

–Cuéntanos de forma breve el caso y la conclusión a la que ha llegado….

El caso clínico me generó interés debido a la complejidad que implicó para el equipo de salud el diagnóstico definitivo. Se trata de una mujer que ingresa por la puerta de urgencias del Hospital de Sierrallana después de varias consultas por una mala evolución de una neumonía que me llevó a re interrogar síntomas generales encontrando, además de tos y fiebre, la presencia de mialgias, debilidad muscular importante, disnea progresiva y edemas. Ante lo anterior, decido ampliar el perfil analítico con la sorpresa de encontrar elevación marcada de la CPK (creatinfosfoquinasa) y de la troponina I, por lo que cursé su ingreso para continuar estudios. Luego de la sospecha diagnóstica de miopatía inflamatoria por el servicio de Medicina Interna es asignada la paciente al Servicio de Reumatología donde se documentaron síntomas adicionales como «piel de mecánico» y fenómeno de Raynaud, de difícil valoración al ser la paciente de raza negra, y luego de realizar estudio de anticuerpos, biopsia de músculo y resonancia magnética se pudo concluir como diagnóstico un síndrome antisintetasa, una patología de poca frecuencia en la población general. De este caso nos queda aún la inquietud de la elevación de la troponina I, muy específica para daño miocárdico que no ha tenido repercusión clínica en esta paciente. En la elaboración y redacción del caso clínico conté con la colaboración de mi «coR», el Dr. Juan Pablo Agámez, quien acompañó el caso en la planta de Medicina Interna y donde se estableció el «quid de la cuestión», expresión de nuestro internista, el Dr. Nieto, al sospechar la presencia de una miopatía inflamatoria y que dio título al caso clínico.

Quiero resaltar la profesionalidad de todo el equipo de Reumatología del Hospital de Sierrallana a cargo de la Dra. Elena Aurrecoechea y la Jefa de Residentes, la Dra. Monserrat Santos, y la a Dra. Leyre Riancho, que además de llevar este caso de manera impecable son un Servicio que acoge de manera amable y colaboradora a los residentes de nuestro Hospital.

–¿Crees que este tipo de distinciones ayudan a los médicos jóvenes a desarrollar su carrera profesional?

Pienso que adquirir el buen hábito de la publicación y la investigación son parte esencial del ejercicio de la medicina, si además recibimos reconocimiento por ello es más gratificante y motivador. Además es una manera también de mantener este contacto con el Colegio Médico cuyo trabajo y apoyo es vital para los médicos de Cantabria. Gracias a todo el equipo del COM de Cantabria por mantener este Certamen cada año para sus Médicos residentes.

–Valdecilla es líder en muchas especialidades ¿también lo es en la tuya?

La especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria no pertenece al ámbito hospitalario sino al de la Atención Primaria en Salud, sin embargo, sin los Hospitales de referencia como lo son el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y los Hospitales comarcales como el Hospital de Sierrallana en Torrelavega y el Hospital de Laredo, nuestra formación no sería posible. Recordemos que somos una especialidad que debe tener integralidad en la atención y en ello radica su complejidad. Por eso nuestra formación se encuentra a cargo no solo de médicos de familia de excelentísimo nivel, sino también de la alta calidad de nuestros especialistas para quienes luego seremos su fuente de derivación, que debe ser lo más pertinente y segura para el paciente y el sistema sanitario.
Cada vez más nuestra especialidad cobra mayor importancia en el país, por ello esperamos siempre encontrar apoyo y respaldo de las Instituciones del Gobierno de Cantabria para devolver el resultado formativo a la comunidad autónoma que nos ha formado y así convertirnos en referencia de la atención primaria en España.

–Para terminar, ¿Cuáles son tus planes a corto y medio plazo?

A corto plazo quiero continuar con mi Residencia, que rápido se está pasando, realizar mi proyecto de investigación en compañía de mis compañeros y ojalá obtener plaza para realizar un Doctorado. A mediano plazo aun me debato en si continuar en atención primaria o entregarme de lleno a la atención de urgencias. Eso se definirá al final del camino y ojalá mi destino laboral se quede aquí en Cantabria que ya la considero mi hogar.