El doctor José Luis Arroyo estudió Medicina en la Universidad de Salamanca donde  también  hizo  la especialidad de Hematología. Siempre ha trabajado en el ámbito de la medicina transfusional: Banco de sangre regional de Extremadura y Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León; y en la actualidad, desde el pasado mes de abril,  es el  director del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria, responsabilidad que también tuvo desde agosto  de 2006 a septiembre de 2022.  Este hematólogo aborda  el

Hay un objetivo general que es constante y que rige y condiciona todas las actuaciones del centro: Disponer de los componentes sanguíneos suficientes para poder dar respuesta a las necesidades transfusionales de todos los pacientes de esta comunidad y que esos componentes sean seguros. Este mismo objetivo también se aplica al banco de tejidos (huesos, tendones…) y al banco de leche.

Con esta premisa, hemos establecido,  además,  otros objetivos complementarios, entre los que destacan 2 muy importantes:

-Incrementar el volumen de plasma obtenido mediante el aumento de donaciones de plasma por aféresis. Esto es necesario para poder producir más medicamentos que sólo se pueden obtener a partir del plasma (derivados plasmáticos: albúmina, inmunoglobulinas…)

-Y conseguir un mayor índice de donantes de sangre jóvenes (18-30 años). Actualmente, los menores de 30 años suponen el 18% de todos los donantes. Es necesario un relevo generacional.

En cuanto al Banco de Tejidos, vamos a llevar a cabo una serie de medidas que pretenden optimizar los procedimientos de procesamiento y hacer más labor de difusión e información de este tipo de donación mucho menos conocida. Tenemos especial interés en fomentar la donación de médula ósea  (progenitores hematopoyéticos).

Respecto al Banco de leche, vamos a poner especial atención en mejorar la información y la promoción a nivel de Atención Primaria, algo que también pretendemos hacer con el el programa de donación de sangre de cordón umbilical.

Históricamente Cantabria siempre ha tenido un altísimo índice de donación. Todavía no disponemos de datos oficiales sobre el índice de donación en el 2023 en otras CCAA para compararlo, pero no importa. El año pasado se realizaron más de 25.000 transfusiones en nuestros hospitales y todas ellas se hicieron a partir de donaciones en Cantabria. Desde hace muchos años somos autosuficientes, independientemente del puesto que podamos ocupar en ese «ranking».

Coincide con uno de los objetivos que nos hemos planteado, debemos ser capaces de conseguir que haya más donantes jóvenes, que realicen pronto su primera donación (se puede donar a partir de los 18 años) y que se conviertan en donantes fieles.

Efectivamente, a nivel regional hay una coordinación total entre los hospitales y el banco de sangre regional. Nosotros funcionamos como servicio central. Cada hospital, tanto en el ámbito del SCS como los privados, tiene un banco de sangre que se repone a diario desde el Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria. Se han consensuado las existencias que debe haber en cada uno y los procedimientos para su distribución. Aunque es poco frecuente, también disponemos de protocolos de actuación coordinada para actuar en caso de escasez de sangre, y en caso necesario, priorizar unas transfusiones sobre otras. La sangre es un recurso muy valioso y limitado y por tanto es nuestra responsabilidad optimizar su uso.

A nivel nacional es distinto. Con la transferencia   de las competencias en Sanidad a las CCAA, cada comunidad es responsable de gestionar el proceso y su autosuficiencia. Desde el Ministerio se dan las pautas y se define el marco regulatorio para las cuestiones que afectan a la seguridad (por ejemplo, pruebas analíticas a realizar a los donantes) y calidad, pero la gestión de los stocks es regional. Obviamente,  ante situaciones de  escasez de sangre en alguna comunidad o en los momentos de contingencias graves que ponen en peligro el suministro de sangre en una determinada región, sí que se ponen en marcha los mecanismos necesarios para paliar esa situación entre las CCAA que en ese momento dispongan de más sangre.

Mi mensaje final se lo dedico con agradecimiento a todos los hombres y mujeres que cada año (más de 15.000) realizan alguna donación de sangre. Su generosidad permite mejorar la calidad de vida, e incluso salvarla, de miles de pacientes. La donación de sangre es fundamental para sostener un sistema sanitario tan complejo y avanzado como el nuestro. Sin las transfusiones, por tanto sin las donaciones, no se podrían llevar a cabo actos asistenciales médicos tan habituales como el tratamiento con quimioterapia, los trasplantes de órganos o  muchas de las intervenciones quirúrgicas que cada día se realizan en nuestros quirófanos.

Para acabar, quiero recordar que el acto de la donación es muy sencillo, apenas dura unos minutos, se tolera muy bien, es muy seguro y genera una gran satisfacción personal.  Desde aquí animo a todos aquellos que tengan más de 18 años, pesen  más de  50 kilos  y tengan buen estado de salud, a que realicen su primera donación. Merecerá la pena.