La responsable de la Unidad de HP del hospital cántabro, Amaya Martínez Meñana, aborda la actualidad de esta grave patología respiratoria  

La doctora Amaya Martínez Meñana se graduó en Medicina en la Universidad de Cantabria y realizó su residencia en Neumología en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla,  aunque  durante ese período realizó una rotación externa en la Unidad Multidisciplinar de Hipertensión Pulmonar y en la Unidad de Trasplante Pulmonar del Hospital Universitario 12 de Octubre  de Madrid. En la actualidad, es médico adjunto de Neumología en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y, además,   es responsable de la Unidad de Hipertensión Pulmonar. Por otra parte, y desde junio de 2023, tiene  el honor -según precisa-  de ser la Coordinadora del Área de Circulación Pulmonar de  la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica). La  joven especialista  explica para  la web del COM Cantabria  la realidad de esta grave patología con motivo de su  Día Mundial,   que se celebra el 5 de mayo.

-Este  mes se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar ¿qué cifras se barajan en España y en Cantabria de afectados por esta patología?

La verdadera prevalencia de la Hipertensión Pulmonar en España es difícil de determinar debido a las diversas patologías que pueden presentarla. Según el Registro Español de Hipertensión Pulmonar (REHAP) actualizado hasta el 29 de abril de 2024, se han registrado 5967 pacientes con HP en los grupos 1, 4 y 5. Sin embargo, es importante tener en cuenta que otros grupos de HP más prevalentes, como el grupo 2 (asociado a cardiopatía izquierda) o el grupo 3 (asociado a enfermedades pulmonares y/o hipoxia), no están incluidos en estos datos. En nuestro centro, actualmente contabilizamos más de 200 pacientes, considerando aquellos que provienen de otras comunidades y reciben seguimiento en nuestra unidad

-Y respecto a sus tratamientos ¿han evolucionado en los últimos años? ¿cómo va la investigación al respecto?

El tratamiento de la Hipertensión Pulmonar está experimentando una evolución notable en la actualidad, con varias opciones terapéuticas disponibles. En el grupo 1, la hipertensión arterial pulmonar, hemos pasado de tener como único tratamiento disponible el epoprostenol en la década de 1990, a contar con nuevos fármacos y combinaciones terapéuticas más efectivas. En los últimos años, se han iniciado varios ensayos clínicos con nuevas moléculas en los que nuestra unidad está participando activamente. Estos nuevos fármacos, con
efecto antiproliferativo, han demostrado resultados prometedores junto con los vasodilatadores convencionales. Recientemente, la FDA ha aprobado la comercialización de Sotatercept, lo que representa un hito significativo en el tratamiento de la hipertensión pulmonar. En la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica, además de los vasodilatadores, contamos con tratamientos intervencionistas como la endarterectomía pulmonar y la angioplastia con balón arteria pulmonar, que están contribuyendo a mejorar el
pronóstico de los pacientes.

-Valdecilla es líder  en el abordaje de muchas patologías ¿también destaca en el de hipertensión pulmonar?

Gracias a nuestra experiencia en trasplante pulmonar, nuestro servicio se ha especializado en el manejo de enfermedades complejas como la hipertensión pulmonar. La unidad de HP es un punto de referencia para la zona norte de España en este campo.

-Es una enfermedad grave ¿se puede curar? 

En la actualidad, los únicos tratamientos curativos son el trasplante pulmonar y la endarterectomía pulmonar. Sin embargo, gracias a los avances terapéuticos de los últimos años, hemos logrado mejorar tanto la supervivencia como la calidad de vida de nuestros pacientes. Es probable que, con la llegada de nuevos fármacos al mercado en un futuro cercano, podamos obtener resultados aún más alentadores.

-Para terminar, el diagnóstico tardío es uno de los problemas de esta enfermedad, ¿hay  que alertar a pacientes y profesionales sobre esta patología?

La hipertensión pulmonar sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada debido a que sus síntomas iniciales pueden confundirse con los de otras enfermedades cardio-respiratorias. Es esencial fomentar una mayor sospecha clínica entre los profesionales de la salud y promover la derivación temprana a
centros especializados para garantizar un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno.