El Observatorio de Género del COM Cantabria, que dirige la doctora Montserrat Matilla, organizó el curso   «Qué sabemos de Violencia de Género»  con dos médicas, una jueza, una psicóloga y la coordinadora de Violencia sobre la Mujer de la Delegación del Gobierno 

Una veintena de médicos  asistieron  el miércoles al curso especializado del Colegio para abordar la violencia de género desde diferentes perspectivas, una iniciativa del Observatorio de Género de la entidad para analizar este grave problema social. La directora de esta formación, Montserrat Matilla, analiza  sus conclusiones en esta entrevista para  la web del COM Cantabria y destaca la necesidad de  gestionar  esta violencia de forma multidisciplinar y de  incrementar la formación de los profesionales  para detectar los casos.

 -El COM Cantabria ha organizado este curso para analizar el problema de la violencia de género, ¿por qué pusisteis en marcha esta iniciativa y a quién va dirigida?

La violencia de Género (VG) es una lacra de la sociedad actual y un problema de salud pública. Las cifras lo demuestran, pues se sabe que desde el año 2003 (momento en que se empezaron a contabilizar a las víctimas) 1240 mujeres han sido asesinadas. Y la realidad es que desconocemos su magnitud, pues muchos suicidios y muertes indirectas puede que estén probablemente relacionadas con la VG. Y sin olvidar el número de mujeres que sufren violencia física, psicológica, económica y sexual, que son incontables, porque en una gran mayoría de los casos no se notifica ni se denuncia.

El curso va dirigido a médicos y el objetivo es mejorar la formación y la sensibilización frente a este tema. Debemos conocer qué es la violencia de género, cómo se genera y cómo se mantiene. Si sospechamos una VG hay que excluir a la pareja para poder entrevistar a la paciente sola.

-Tu eres pediatra  y trabajas en AP. ¿Sois los médicos  buenos detectores de casos de violencia de género?

La VG tiene un impacto muy importante en la salud de las mujeres y de los niños. Un 63% de los hijos han presenciado episodios de VG y un 60% han sufrido violencia vicaria. Y no debemos olvidar que existe un vínculo muy importante entre la VG y la salud mental. Y ahí es donde está nuestro papel como médicos, pues los médicos somos agentes cualificados para su detección y debemos aprender a reconocer cuáles son los signos de alarma para realizar el diagnóstico, la prevención y poner a disposición de nuestros pacientes y sus familias los recursos disponibles para reparar lo antes posible los daños que ocasiona.

Las causas que contribuyen a una baja detección son: la sobrecarga asistencial de nuestras consultas, la falta de conciencia de la importancia de nuestra labor en la detección y apoyo, pensar que la mujer lo va a contar espontáneamente, pensar que esto no es nuestro trabajo, desconocimiento de las guías y protocolos que existen, y miedo a crear un conflicto.

Las mujeres que sufren violencia  están deseando que un profesional les ayude.

Yo creo que los médicos tenemos que aumentar la sensibilidad frente a este tema y saber que tenemos una obligación moral, ética/deontológica e institucional.

-La jornada formativa del COM ha tenido una buena asistencia, ¿cuáles han sido sus principales conclusiones?

La verdad es que han sido muchas, pero me gustaría destacar:

– EL IMPACTO que la VG tiene en las mujeres: se produce a lo largo del tiempo que suele ser muy largo, y  genera una anulación de su voluntad además de baja autoestima, inseguridad en sí mismas, sentimientos de culpa, ansiedad, depresión,desconfianza, incertidumbre…y ocasionalmente abuso de medicamentos/alcohol como forma inadecuada de afrontamiento de los problemas

– La NECESIDAD de formación especifica para el personal que atiende a esas mujeres.

– La importancia del reconocimiento de la violencia para las víctimas como clave para salir de la misma.

-Las ponentes en la jornada pertenecen a diferentes estamentos y colectivos de la sociedad, ¿hasta qué punto es importante la coordinación entre las partes implicadas  para  abordar la violencia de género?

La VG es un delito y es un problema tan complejo que para resolverlo hay que trabajar de forma multidisiciplinar, donde se impliquen profesionales de distintos ámbitos: jueces, médicos, psicólogos, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y también la propia sociedad.

Existen Juzgados especializados en este tema, la pulsera COMETA, el sistema VioGén que es una plataforma que integra los servicios de las diferentes instituciones públicas para proteger a las mujeres y sus hijos que sufren violencia de Género. Lo que va a hacer es asignar un nivel de riesgo y dotar a cada víctima de un plan personalizado. Los Equipos Mujer-Menor (EMUMES) de la Guardia Civil, la UFAM de la Policia Nacional que son unidades especializadas en la lucha contra la VG, doméstica y sexual que ofrecen asesoría, protección e investigación de las víctima.

El teléfono 016 que es confidencial y gratuito. Los CIAIs que son centros de Atención Integral especializados en VG y en Cantabria disponemos de tres: en Santander, Torrelavega y Laredo. Y sin olvidar a las ONGs, como Cruz Roja, Cáritas, Médicos del Mundo, Asociación Consuelo Berges….etc