Noticias
29
Jun
Alrededor de 284 millones de personas de 15 a 64 años usaron drogas en todo el mundo en 2020, un 26% más que hace una década
Así lo confirma el ‘Informe Mundial sobre Drogas 2022’, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), según el cual, además, la legalización del cannabis “acelera” su uso diario y los “impactos relacionados con la salud”.
El informe también detalla aumentos “récord” en la fabricación de cocaína, la “expansión” de las drogas sintéticas a nuevos mercados y las “continuas brechas” en la disponibilidad de tratamientos contra las drogas, “especialmente” para las mujeres.
Según el informe, los jóvenes están usando “más drogas, con niveles de uso en muchos países más altos que con la generación anterior” y en África y América Latina las personas menores de 35 años representan la “mayoría” de las personas que reciben tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de drogas.
A nivel mundial, el informe estima que 11,2 millones de personas se inyectan drogas y alrededor de la mitad de ellas vivía con hepatitis C; 1,4 millones vivían con el VIH y 1,2 millones, con ambos.
En paralelo, hace hincapié en la importancia de “impulsar a la comunidad internacional, los Gobiernos, la sociedad civil y todas las partes interesadas” a adoptar “medidas urgentes» para «proteger» a las personas, «incluso fortaleciendo la prevención y el tratamiento del consumo de drogas y abordando el suministro de drogas ilícitas”.
La fabricación de cocaína alcanzó un nivel récord en 2020, con un crecimiento del 11% desde 2019 a 1.982 toneladas y las incautaciones también aumentaron, a pesar de la pandemia, a un récord de 1.424 toneladas en 2020. Casi el 90% de la incautada a nivel mundial en 2021 se traficaba en contenedores y/o por mar y los datos sobre incautaciones “sugieren”, según el informe, que el tráfico de esta sustancia se está “expandiendo” a otras regiones fuera de los principales mercados de América del Norte y Europa, “con mayores niveles de tráfico” hacia África y Asia.
Conflictos
Por regiones, en Europa oriental y sudoriental y en Asia central la “mayoría” de las personas recibieron tratamiento por “trastornos” a causa del consumo de opioides y, según el informe, las economías de las drogas ilícitas pueden “florecer” en situaciones de conflicto y donde el Estado de derecho es “débil” y, a su vez, “puede prolongar o alimentar el conflicto”.
Además, revela que los conflictos también pueden “interrumpir y cambiar” las rutas del tráfico de drogas, como, según la ONU, “sucedió en los Balcanes y, más recientemente, en Ucrania”.
A este respecto, observa un “aumento significativo” en el número de laboratorios clandestinos desmantelados en Ucrania, cuya cifra pasó de 17 en 2019 a 79 en 2020. De ellos, 67 producían anfetaminas, frente a cinco en 2019, el número más alto de laboratorios desmantelados informado en cualquier país en 2020.
Los mercados de drogas ilícitas, según el ‘Informe Mundial sobre las Drogas de 2022’, pueden tener “impactos” en el medio ambiente a nivel local, comunitario o individual, incluyendo la deforestación sustancial asociada con el cultivo ilícito de coca, los desechos generados durante la fabricación de drogas sintéticas que pueden ser de cinco a 30 veces el volumen del producto final, y el vertido de desechos que pueden afectar directamente el suelo, el agua y el aire, así como organismos, animales y la cadena alimentaria indirectamente.
Con relación al género, las mujeres representan entre el 45% y el 49% de los usuarios de anfetaminas y de los usuarios no médicos de estimulantes farmacéuticos, opioides farmacéuticos, sedantes y tranquilizantes. Asimismo, la brecha de tratamiento sigue siendo “grande” para las mujeres en todo el mundo, dado que, aunque representan casi uno de cada dos usuarios de anfetaminas, constituyen solo una de cada cinco personas en tratamiento por trastornos por consumo de anfetaminas.
A la luz de estos resultados, la directora ejecutiva de Unodc, Ghada Waly, aseveró que las cifras de fabricación e incautación de muchas drogas ilícitas “están alcanzando niveles récord, incluso cuando las emergencias mundiales están profundizando las vulnerabilidades”.
“Al mismo tiempo, las percepciones erróneas sobre la magnitud del problema y los daños asociados están privando a las personas de atención y tratamiento y empujando a los jóvenes a comportamientos nocivos”, sentenció, consciente de la necesidad de dedicar más recursos y atención para “abordar todos los aspectos del problema mundial de las drogas” y de «mejorar la base de conocimientos sobre cómo las drogas ilícitas se relacionan con otros desafíos urgentes», como los conflictos y la degradación ambiental”.