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Los neumólogos plantean un cambio de paradigma para trasplantados de pulmón ante la incertidumbre por la COVID-19
28/02/22 La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha planteado un cambio de paradigma en la atención a los pacientes que precisan un trasplante de pulmón, ante la incertidumbre que genera la pandemia causada por el virus SARS-CoV-2, que seguirá circulando entre la población y hace especialmente vulnerables a estos pacientes respiratorios
A través de un comunicado, los neumólogos apuntan que en el ámbito del trasplante pulmonar, el seguimiento del paciente debe ser «muy estrecho, cara a cara, y la telemedicina no basta». Algunas de las medidas que proponen son «potenciar el automanejo de los pacientes, mejorando el control de síntomas a domicilio, o implementando espirometrías portátiles, e incluso empoderando a centros satélites a los que se pueda delegar la realización de pruebas y seguimiento de los mismos», según un editorial publicado en ‘Archivos de Bronconeumología’, revista científica de SEPAR, y firmado por Miriam Barrecheguren y Berta Sáez-Giménez, publicada en enero de 2021 y que hace referencia a la primera ola, en una situación de pandemia más estricta, distinta a la situación actual.
Así, consideran que empoderar centros satélites «tiene que ir acompañado de una buena comunicación con la unidad de trasplante de referencia, tal y como ya se venía realizando previamente». «La realización de pruebas disminuye los desplazamientos innecesarios por parte de los pacientes, pero la comunicación es necesaria para resolver posibles dudas en el manejo del paciente», apuntan.
En 2021, se han efectuado un total de 4.781 trasplantes, un 8 por ciento más que en 2020, cifras que se aproximan a las prepandémicas, según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). De este total, se realizaron 362 trasplantes pulmonares, un 8 por ciento más que en 2020, y también se observa una recuperación y una aproximación a las cifras de trasplantes de pulmón previas a la pandemia (369 en 2018 y 363 en 2017), aunque todavía se está lejos de alcanzar el récord histórico de 419 trasplantes de pulmón registrados en 2019, justo antes de que estallara la pandemia, según la serie histórica de 20 años de datos de la ONT.
Por tipo de trasplante, los pulmones fueron el tercer órgano más trasplantado en 2021, en que se efectuaron 2.950 trasplantes de riñón, un 9 por ciento más que en 2020; 1.708 hepáticos, un 4 por ciento más; los 362 pulmonares, un 8 por ciento más; 302 cardiacos, un 9 por ciento más; 82 de páncreas y siete multi intestinales, cinco de ellos en niños. El número de trasplantes de 2021 fue posible gracias a la donación de órganos de 1.905 donantes, de los cuales 662 fueron donantes en asistolia (paro cardiaco), un 7 por ciento más que en 2020. Uno de los aspectos destacables de la donación en asistolia es que ha pasado de ser únicamente renal a ser multiorgánica.
También en este caso el pulmón fue el tercer órgano más trasplantado, a partir de donantes en asistolia, ya que en 2021 se realizaron 934 trasplantes renales, 289 hepáticos, 93 pulmonares, 11 cardiacos y 8 de páncreas, gracias a este tipo de donantes, a corazón parado. A pesar del impacto de la pandemia, los programas de trasplante de pulmón siguen adelante con nuevos proyectos. Las Islas Canarias tiene previsto iniciar un programa de trasplante de pulmón en 2023, ya que dispondrá con un nuevo centro trasplantador, el Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, que cuenta con profesionales formados y las instalaciones y los equipamientos necesarios para asumir este procedimiento.
Con la tasa actual de donación de órganos que hay en Canarias (109) y con una población más joven de donantes que la media nacional se ha calculado que Canarias podría ser autosuficiente al implementar este programa de trasplante de órganos.
«En España cada vez hay más pacientes que necesitan un trasplante de pulmón. La lejanía y la condición de insularidad de las Islas Canarias no pueden implicar una limitación para que se pueda ofrecer el trasplante pulmonar a los ciudadanos que lo requieran, máxime cuando se reúnen las condiciones para hacerlo posible. Gracias a la pandemia hemos visto que no solo se deben mantener los programas de trasplante pulmonar en los centros trasplantadores que ya existen, sino que se deben reforzar y extender a otros», ha afirmado el vicepresidente cirujano torácico de SEPAR, Pedro Rodríguez Suárez.
IMPACTO DE LA PANDEMIA EN EL TRASPLANTE DE PULMÓN
SEPAR advierte de que la pandemia por COVID-19 ha tenido un «triple impacto indudable en la actividad trasplantadora de pulmón». Las consecuencias directas de la pandemia han sido el descenso del número de trasplantes de todos los órganos, incluidos los pulmonares, durante el 2020 con una recuperación considerable durante el 2021 pero todavía lejos del número de procedimientos previos a la pandemia.
Durante los dos últimos años, todos los programas de trasplante pulmonar activos del España han sufrido el impacto de las diferentes olas con un aumento de sus listas de espera. «Gracias al gran trabajo de la ONT y de todos los centros donantes y trasplantadores se espera que la recuperación en la tasa de donación y trasplante pulmonar mejore en los próximos meses para así poder paliar las listas de espera», detallan. Las consecuencias indirectas para los trasplantes pulmonares, durante la primera ola, han sido la paralización de las visitas y de las pruebas de control. Pacientes que requerían un seguimiento muy estrecho han sido seguidos con controles más espaciados, exclusivamente telefónicos y han tenido un menor acceso a pruebas complementarias.
«Superada la primera etapa de la pandemia y aceptando el hecho de que vamos a tener que convivir con la COVID-19 durante un tiempo incierto, vamos a tener que adaptar los programas de trasplante de pulmón a esta nueva realidad. Los protocolos ya se han adaptado siguiendo las recomendaciones de la ONT, de manera que se evalúa exhaustivamente a los donantes para asegurarnos de que el donante no tenga infección por COVID-19. Ahora tenemos un gran reto por delante que es adaptar el modelo para poder hacer un buen seguimiento de nuestros pacientes trasplantados, que necesitan un control muy estrecho y cara a cara. La telemedicina por sí sola no basta en el ámbito del trasplante pulmonar», explica la doctora Rosa Cordovilla, neumóloga y coordinadora del área de técnicas y trasplantes de SEPAR.