Rosa Mora Ruiz-Moyano,  54 años, Facultativa Especialista en Obstetricia y Ginecología del H.U Marques  de Valdecilla

1. ¿Qué opinas de que el COM Cantabria cree un Observatorio de Género?

Es una idea magnífica. Crea un vínculo de fuerza entre personas que puedan verse en desigualdad por cuestión de género a nivel profesional y su Colegio, como entidad con capacidad de ayuda, conocimiento y gestión, mediante protocolos que podemos desarrollar en este camino que iniciamos.

2. ¿Crees que es posible la conciliación en la profesión médica?

Es posible pero a veces costosa. No siempre contamos con la comprensión de nuestro entorno, tanto familiar como profesional. Diseñar estrategias para conseguirlo, compartir información y recursos ya no es un sueño, será posible con la ayuda de secciones colegiales y profesionales como el Observatorio.

3. ¿Crees que el rol de la mujer en la profesión médica debe cambiar?

Más que cambiar, debe mejorar.

4. ¿Por qué crees que habiendo un porcentaje superior de mujeres facultativas hay muy pocas en puestos directivos y de responsabilidad?

El tiempo de las mujeres,  en general, está más diversificado entre la  casa y el trabajo. Intentan conseguir conocimientos y formación, méritos para sus carreras profesionales, realizar asistencia médica a sus pacientes y además atender a la familia en todos los ámbitos.

5. ¿Qué acciones crees que se deberían poner en marcha para conseguir más igualdad?

Yo propondría disponer en el Colegio de un órgano destinado a recibir y dar curso a posibles denuncias de acoso de cualquier tipo (laboral tanto en el sector público como  en el privado, sexual, intimidad, redes sociales….) y elaborar protocolos de actuación ante esas denuncias y dar soporte a las víctimas. También organizar charlas y cursos de asesoramiento para estos casos y para la promoción de la igualdad. 

6. Para terminar, ¿vives o has vivido alguna situación de desigualdad en el ámbito laboral?

He vivido bastantes situaciones de desigualdad como seguramente muchas compañeras. Pertenezco a la primera promoción de mujeres ginecólogas y el nivel de misoginia que había en aquella época en la medicina era enorme, los ginecólogos varones en aquellos tiempos tendían a mantener hacia nosotras actitudes condescendientes que hoy no aceptaríamos y que consideraríamos machistas. Pero esto era también extensible a otras mujeres sanitarias, como matronas y enfermeras, y probablemente ocurría de forma similar en otros hospitales. Lo más lamentable es que esa cultura aún subyace de forma más sutil, y peor aún, algunas mujeres ginecólogas lo profesan.