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Un nivel bajo de testosterona ofrece pistas de por qué hay más hombres que desarrollan el covid-19 grave
25/05/2021 Un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, sugiere que, entre los hombres, los niveles bajos de testosterona en la sangre están relacionados con un COVID-19 más grave. El estudio contradice las suposiciones generalizadas de que una testosterona más alta puede explicar por qué los hombres, en promedio, desarrollan COVID-19 más severo que las mujeres, según publican en la revista ‘en JAMA Network Open’
A lo largo de la pandemia, los médicos han observado indicios de que los hombres con COVID-19 se encuentran peor, por término medio, que las mujeres. Una teoría es que las diferencias hormonales entre hombres y mujeres pueden hacer que los hombres sean más susceptibles a la enfermedad grave. Y dado que los hombres tienen mucha más testosterona que las mujeres, algunos científicos han especulado que los altos niveles de testosterona pueden ser los culpables.
Pero el nuevo estudio sugiere que, entre los hombres, podría ser cierto lo contrario: que los niveles bajos de testosterona en la sangre están relacionados con enfermedades más graves. El estudio no pudo demostrar que el bajo nivel de testosterona sea la causa de la gravedad del COVID-19; los niveles bajos podrían servir simplemente como marcador de algunos otros factores causales.
Aun así, los investigadores piden precaución con los ensayos clínicos en curso que investigan terapias hormonales que bloquean o reducen la testosterona o aumentan los estrógenos como tratamiento para los hombres con COVID-19.
«Durante la pandemia, ha prevalecido la idea de que la testosterona es mala –explica el autor principal Abhinav Diwan, profesor de Medicina–. Pero encontramos lo contrario en los hombres. Si un hombre tenía un nivel bajo de testosterona cuando llegó al hospital, su riesgo de padecer COVID-19 grave, es decir, su riesgo de necesitar cuidados intensivos o morir, era mucho mayor en comparación con los hombres que tenían más testosterona circulante. Y si los niveles de testosterona descendían aún más durante la hospitalización, el riesgo aumentaba».
Los investigadores midieron varias hormonas en muestras de sangre de 90 hombres y 62 mujeres que acudieron al Hospital Barnes-Jewish con síntomas de COVID-19 y que tenían casos confirmados de la enfermedad. Para los 143 pacientes que fueron ingresados en el hospital, los investigadores volvieron a medir los niveles hormonales a los 3, 7, 14 y 28 días, siempre que los pacientes permanecieran hospitalizados durante estos plazos. Además de la testosterona, los investigadores midieron los niveles de estradiol, una forma de estrógeno producida por el organismo, y de IGF-1, una importante hormona del crecimiento que es similar a la insulina y desempeña un papel en el mantenimiento de la masa muscular.
Entre las mujeres, los investigadores no encontraron ninguna correlación entre los niveles de ninguna hormona y la gravedad de la enfermedad. Entre los hombres, sólo los niveles de testosterona estaban relacionados con la gravedad de la COVID-19.
Un nivel de testosterona en sangre de 250 nanogramos por decilitro o menos se considera bajo en hombres adultos. En el momento del ingreso en el hospital, los hombres con COVID-19 grave tenían niveles medios de testosterona de 53 nanogramos por decilitro; los hombres con la enfermedad menos grave tenían niveles medios de 151 nanogramos por decilitro. Al tercer día, el nivel medio de testosterona de los hombres más graves era de sólo 19 nanogramos por decilitro.
Cuanto más bajos eran los niveles de testosterona, más grave era la enfermedad. Por ejemplo, los que tenían los niveles más bajos de testosterona en la sangre corrían el mayor riesgo de estar conectados a un ventilador, necesitar cuidados intensivos o morir. Treinta y siete pacientes, 25 de los cuales eran hombres, murieron en el transcurso del estudio. Los investigadores señalaron que otros factores que se sabe que aumentan el riesgo de COVID-19 grave, como la edad avanzada, la obesidad y la diabetes, también se asocian a una menor cantidad de testosterona.
«Se sabe que los grupos de hombres que estaban enfermando más tenían una testosterona más baja en general –señala el primer autor Sandeep Dhindsa, un endocrinólogo de la Universidad de Saint Louis–. También descubrimos que aquellos hombres con COVID-19 que no estaban gravemente enfermos al principio, pero tenían niveles bajos de testosterona, eran propensos a necesitar cuidados intensivos o intubación en los dos o tres días siguientes. Los niveles de testosterona más bajos parecían predecir qué pacientes tenían más probabilidades de ponerse muy enfermos en los días siguientes».
Además, los investigadores descubrieron que los niveles más bajos de testosterona en los hombres también se correlacionaban con niveles más altos de inflamación y con un aumento de la activación de los genes que permiten al cuerpo llevar a cabo las funciones de las hormonas sexuales circulantes dentro de las células. En otras palabras, el cuerpo podría estar adaptándose a la menor cantidad de testosterona que circula en el torrente sanguíneo, aumentando su capacidad para detectar y utilizar la hormona. Los investigadores aún no conocen las implicaciones de esta adaptación y reclaman más investigación.
«Ahora estamos investigando si existe una asociación entre las hormonas sexuales y los resultados cardiovasculares en la COVID-19 larga, cuando los síntomas se prolongan durante muchos meses –apunta Diwan, que es cardiólogo–. También nos interesa saber si los hombres que se recuperan de la COVID-19, incluidos los que tienen una COVID-19 larga, pueden beneficiarse de la terapia con testosterona».