Covid19-Ministerio-Sanidad
El 59% de los españoles está muy preocupado por la pandemia pero sólo el 39% está dispuesto a vacunarse
14/12/20 El 59 por ciento de los españoles asegura estar muy preocupado por la pandemia del coronavirus, pero sólo el 39 por ciento está dispuesto a ponerse la vacuna, según los resultados de la tercera ronda de resultados del estudio ‘Cosmo-Spain’, coordinado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) desde el Centro Nacional de Epidemiología (CNE), con la colaboración del Centro Nacional de Medicina Tropical (CNMT) y que está impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
El trabajo, que busca conocer los conocimientos y la percepción el riesgo de la población ante la pandemia de Covid-19, se está llevando a cabo en otros 31 países. En esta tercera ronda, que se ha desarrollado en noviembre y que sigue a las dos primeras publicadas en julio y en septiembre, han participado de nuevo más de 1.000 personas residentes en España, todas ellas mayores de 18 años y con una distribución similar por sexos.
El 33 por ciento de los participantes tenía entre 45 y 60 años, el 56,7 por ciento de los encuestados refirió estar trabajando y, de ellos, un 27,7 por ciento indicó que trabaja presencialmente en entornos con riesgo moderado de contagio. La preocupación de la población respecto a la pandemia sigue siendo elevada y se sitúa en un porcentaje muy similar al de la ronda anterior de la encuesta, dado que el 59 por ciento de los participantes indican mucha o muchísima preocupación.
Las principales preocupaciones de las personas encuestadas se mantienen similares a las rondas anteriores: perder a un ser querido (93%), la posible saturación de los servicios sanitarios (91%) y la posibilidad de tener contacto con gente que va sin mascarilla (85%).
No obstante, en esta ronda aumenta la preocupación por la propia salud física y mental y disminuye la preocupación por un nuevo confinamiento, mientras que se mantiene el porcentaje de participantes que cree que la pandemia se está propagando rápido (79%).
Asimismo, el porcentaje de encuestados que afirma que la Covid-19 le hace sentir deprimido ha aumentado ligeramente respecto a la encuesta anterior (un 42% frente a un 37% en la segunda ronda). Además, un 31 por ciento considera que lo peor de la pandemia está por venir y un 47 por ciento cree que ya se está viviendo lo peor. Los lugares con más probabilidad de contagio percibida son, según señalan las respuestas, los sitios concurridos en espacios cerrados (81%), el transporte público (72%) y las reuniones con familiares o amigos (59%). El 24% de los encuestados manifiesta que es muy difícil evitar infectarse por el coronavirus, un porcentaje similar al de las rondas anteriores.
El tipo de mascarilla más usada habitualmente es la mascarilla quirúrgica (44%), por delante de la mascarilla FFP2 (26%). Asimismo, un 60 por ciento de las personas encuestadas indica que mira la etiqueta para comprobar si la mascarilla cumple la normativa antes de adquirirla.
Conocimientos y confianza
Por otra parte, la facilidad percibida por los encuestados para encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información relativa al coronavirus SARS-CoV-2 y la COVID-19 es alta. Así, sobre un rango de uno (muy difícil) a cuatro (muy fácil), seguir las recomendaciones sobre cómo protegerse alcanza una media de 3,27; averiguar qué hacer ante una sospecha de infección llega a una media de 3,19; y entender las recomendaciones sobre cuándo una persona debería quedarse en casa obtiene una media de 3,13.
Al igual que en rondas anteriores, los participantes tienen más dificultades en valorar cuándo ir al médico (media de 2,69) y en dilucidar si la información de los medios de comunicación es fiable (media de 2,34). Las instituciones que generan más confianza en la población son las mismas que en rondas anteriores (profesionales sanitarios, Ministerio de Sanidad y organizaciones como la OMS), y se observa un aumento de la población que tiene confianza en los centros educativos. Al mismo tiempo, las redes sociales siguen siendo uno de los canales informativos más consultados, aunque el nivel de confianza en sus contenidos es de nuevo bastante bajo.
Al consultar a los encuestados sobre su opinión sobre las decisiones tomadas hasta la fecha en relación a la pandemia, desciende en un tres por ciento frente a la ronda anterior el porcentaje de personas que consideran que las decisiones tomadas han sido adecuadas, aunque la mayoría sigue pensando que las medidas tomadas no han sido exageradas (un 63%).
Sigue reduciéndose el porcentaje de personas que quieren vacunarse
Con respecto a la vacuna, tras el descenso observado entre la primera y la segunda ronda en el porcentaje de personas dispuestas a ponerse una vacuna contra la Covid-19 si estuviera disponible mañana mismo, en esta tercera ronda el porcentaje vuelve a caer levemente, al pasar del 43% al 39 por ciento. Las principales razones por las que la población no se pondría la vacuna son: ‘me pondría una segunda o tercera, no la primera’ (52%) y ‘puede tener riesgos para mi salud’ (48%).
Del mismo modo, según los resultados de la encuesta, disminuye la percepción del riesgo sobre la gravedad de la enfermedad en caso de contagiarse. En concreto, un 36 por ciento considera en esta tercera ronda que sería grave o muy grave (frente al 43% y al 39% de las dos rondas anteriores). Además, se mantiene en un 26 por ciento el porcentaje de la población que cree que sus probabilidades de contagio son elevadas o muy elevadas. En cuanto a la adherencia a las medidas preventivas, también disminuyen ligeramente el cumplimiento de las recomendaciones de lavarse las manos, guardar la distancia de seguridad, evitar tocarse ojos, nariz y boca con las manos sucias y evitar reuniones sociales.
Por otro lado, la frecuencia de búsqueda de información ha bajado respecto a la ronda anterior. Un 34 por ciento indica que consulta la información sobre coronavirus muy frecuentemente, un porcentaje que en la ronda anterior era del 41 por ciento. Estos resultados podrían indicar un inicio de ‘fatiga pandémica’ un concepto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como una desmotivación gradual para seguir las medidas de protección y las restricciones recomendadas para reducir la transmisión del coronavirus, que se relaciona con diversos factores emocionales, psicológicos y culturales, entre otros.
El estudio recoge en esta tercera ronda por primera vez indicadores sobre esta fatiga pandémica autopercibida, que suele traducirse en una disminución en la percepción del riesgo de la enfermedad, menor búsqueda de información relacionada con la COVID-19 y menos conductas protectoras.
En relación a la fatiga pandémica percibida, las personas encuestadas están moderadamente de acuerdo con sentirse cansado/a de los debates sobre la Covid-19, con una media de 3,9 en las respuestas entre una horquilla entre el uno (poco de acuerdo) y el cinco (muy de acuerdo). Además, hay una media de 3,5 en las respuestas a la pregunta de si está harto/a de oír hablar de la Covid-19. Sin embargo, la población no refiere fatiga debida a las medidas limitantes que buscan proteger para proteger a las personas más vulnerables, y tampoco hay señales de que hayan perdido las ganas de luchar contra la enfermedad. En general, los encuestados manifiestan una responsabilidad moral alta (media de 4,2) a la hora de cumplir con las recomendaciones, aunque las respuestas sobre si consideran que se pierde el tiempo el seguirlas muestran una media algo más baja (2,27).